La temperatura superficial marina en febrero registra valores de récord

Un informe del Centro de Estudios Ambientales (CEAM) detalla que en algunos puntos se alcanzaron los 18 grados

Domingo de Fallas... ¿o de playa?

Domingo de Fallas... ¿o de playa? / Germán Caballero

Minerva Mínguez

Minerva Mínguez

La fuerte ola de calor marina observada en el Mediterráneo tanto en verano como en otoño de 2022 ha persistido durante los meses de diciembre y parte de enero. Los valores detectados por el Centro de Estudios Ambientales (CEAM) fueron notablemente superiores a los climatológicos y aunque disminuyeron progresivamente, en febrero siguieron muy elevados en casi toda la cuenca. De hecho, en muchos puntos los registros llegaron hasta los 18 º C. Tal como se refleja en el último boletín emitido, se trata de anomalías de récord, al casi duplicar el segundo valor en la serie histórica desestacionalizada.

Desde el año 2000 la tendencia creciente hacia temperaturas cada vez más elevadas se mantiene. El litoral valenciano y el golfo de Libia fueron los puntos calientes del Mediterráneo, con el Adriático, el Egeo, golfo de León y mar de Alborán con aguas relativamente más frías. La horquilla osciló entre un incremento de 3º C a los 1,6 ºC de media.

La situación se repitió durante el mes de enero. En febrero, mientras, se certificaron valores superiores a los climáticos en la mayor parte del Mediterráneo. Este informe de invierno 2023, una iniciativa del área de Meteorología y Climatología, recuerda que la temperatura superficial del mar es un indicador del cambio climático. El CEAM recuerda que el Mediterráneo y sus interacciones con la atmósfera juegan un papel fundamental en sus condiciones ambientales. «Es crucial estudiar el comportamiento del mar en el pasado y monitorear su situación actual para entender los posibles escenarios futuros en la región».

Sin llegar a enfriarse

Estos últimos datos resultan preocupantes a las puertas ya de la primavera y sin que el Mediterráneo haya llegado a enfriarse lo que correspondería. De hecho, el verano pasado se estuvo durante 43 días consecutivos por encima de los 27 grados centígrados, confirmando la llamada tropicalización del Mediterráneo, lo que incrementa el riesgo de sufrir eventos extremos.

Como publicaba Levante-EMV este pasado lunes no solo hay un calentamiento de la temperatura superficial marina. También las capas medias y profundas del mar llevan seis años consecutivos sin renovación, lo que aumenta la salinidad tal como aparece en el nuevo Plan de Ordenación Marina aprobado hace unas semanas por el Congreso de Ministros. Algo que dispara la posibilidad de temporales con una enorme carga de energía.