Las Corts estrenaban legislatura el pasado lunes con casi todo el pescado vendido. Los resultados del 28M dejaban claro que la única vía para la gobernabilidad era un pacto entre PP y Vox, y aunque en otros territorios la negociación se ha prolongado más allá de la constitución del parlamento dando lugar a alguna sorpresa, la rapidez con la que se entendieron populares y ultras en la Comunitat Valenciana hizo que para esa primera sesión no hubiera prácticamente nada en el aire.
Ya se conocía que la presidencia de las Corts recaería en la extrema derecha gracias a los votos del PP y solo faltaba conocer el nombre de la persona elegida. El propio Santiago Abascal eliminó la poca intriga que quedaba pocos minutos antes del inicio del pleno.
Un pacto secreto entre PP y Compromís sitúa a Amigó en la Mesa de las Corts
Con Llanos Massó ya confirmada como nueva máxima autoridad del parlamento valenciano, el resto de la sesión se antojaba como un trámite. Solo el primer discurso de la nueva presidenta, antiabortista y ultracatólica, generaba algo de expectación.
Entre medias había que constituir el resto de la Mesa de las Corts, pero con el PP y Vox votando juntos en virtud de su acuerdo de coalición y el PSPV negándose a ceder a Compromís uno de sus dos puestos en el órgano rector, parecía cantado que populares y socialistas se repartirían esos cuatro puestos restantes.
La 'sorpresa' de Amigó
Parecía. Porque cuando llegó el turno de la última votación y el presidente de la Mesa de Edad, Carlos Laguna, comenzó a repetir en el recuento el nombre de Maria Josep Amigó, la candidata de Compromís a la secretaría, el pánico empezó a cundir entre la bancada socialista.
Maria Josep Amigó. Maria Josep Amigó. Maria Josep Amigó. Así hasta 32 veces. Justo un voto más que la candidata socialista, Josefina Bueno, que recibió 31 apoyos, tantos como diputados tiene el PSPV. Amigó, por su parte, recibió 14 votos de Compromís (la coalición tiene 15 escaños pero faltaba la diputada Paula Espinosa) y 18 del PP.
Mazón da la presidencia de las Corts a la ultracatólica Massó y rompe a la izquierda
Los populares reclamaron en su día que todos los grupos tuvieran representación en la Mesa, pero nadie sospechaba que el cediente fuera a ser el partido conservador. Mucho menos el PSPV, que se quedó noqueado con la jugada de Mazón, que con un movimiento resquebrajó a la oposición en el primer día de curso y quitó foco a la llegada de la ultraderecha a la presidencia de las Corts gracias también a sus votos. Dos en uno.
Tras finalizar el pleno y con el PSPV aún en shock, Compromís negó que hubiera un “pacto” previo con el PP. Lo hizo a través de Vicent Marzà, encargado de comparecer ante los medios. Pero precisamente fue el diputado y exconseller quien negoció la maniobra junto con el vicesecretario de Organización de los populares, Juan Francisco Pérez Llorca.
Según ha podido saber este diario, el castellonense de Compromís y el alicantino del PP fueron los que idearon la jugada antes del pleno. Las conversaciones fueron sencillas, según las fuentes, y no se tardó en alcanzar un acuerdo. De hecho, se llegó al lunes con todo cerrado. No hicieron falta charlas clandestinas en los pasillos ni mensajes de whatsapp de última hora.
En el entorno del PP señalan que es “evidente” que fue un movimiento coordinado entre ambos grupos, ya que de otro modo no se explicaría que los populares conocieran el nombre de la aspirante que postulaban los valencianistas (la votación es nominal).
El protagonismo de Llorca en una jugada que los populares consideran redonda viene a confirmar al también alcalde de Finestrat como uno de los hombres fuertes de Mazón dentro del partido. “Este es el que manda ahora”, bromean en el partido. No en vano, ha comandado en primera persona la ronda de contactos para la investidura y la negociación relámpago con Vox.