¿Por qué hace tanto bochorno desde hace semanas?

Turistas y locales se refugian del calor en València

Turistas y locales se refugian del calor en València / Germán Caballero

Juan José Villena

Podríamos hacer un alarde de reduccionismo y decir «porque es verano» sin faltar en ningún momento a la verdad. Difícilmente en otros momentos del año nos enfrentamos a estas temperaturas tan altas que se entremezclan con valores de humedad igualmente elevados, sobre todo en las cercanías del mar Mediterráneo. Sin embargo, esta situación va más allá. El ambiente viene mostrándose más cálido de lo normal por una seguidilla de masas de aire subtropical que, llegadas desde el continente africano, parecen haber cogido el gusto a este rincón del planeta. La persistencia de la dorsal anticiclónica procura subsidencia –corrientes descendentes de aire que se calienta al comprimirse– y muchas horas de sol, que van caldeando el área continental y el mar. El calor que destilan esas superficies alimentan un bucle que se suele romper cuando intervienen el viento y una masa de aire de otra región más fresca, cuya irrupción puede derivar, de hecho, en tiempo inestable que ayuda en esta campaña. 

De unos años a esta parte los expertos han constatado varias cosas, por ejemplo que el chorro polar anda más ondulado y así las dorsales escalan más, en dirección a los polos; asimismo las vaguadas también hacen lo suyo, muchas veces derivando en danas y temporales de gran impacto. Esto encajaría con la facilidad que viene encontrando la dorsal africana para progresar hacia nosotros. Y, además, se combina con que los grandes centros de presión se muestran ahora más estacionarios y los ciclos, como el antes descrito, se agudizan haciendo los episodios cálidos, normales en esta época del año, más extremos. 

Con esa macedonia nuestro entorno anda más caldeado que nunca. Durante el último fin de semana el mar Mediterráneo ha alcanzado, en promedio, registros nunca vistos en esta época del año desde 1982, cuando comienza la serie histórica de datos del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo. Esto justifica las temperaturas tan altas que venimos teniendo cuando cae la noche, notándose el bochorno especialmente en zonas litorales donde los índices de humedad son elevados, y también contextualizan los registros «tórridos» que están por llegar esta semana. Tampoco ayudan a que las brisas del mediodía sean refrescantes. Todo lo contrario. 

Y hablando de plusmarcas, David Espín, geógrafo de la Universidad de Alicante, el domingo publicó un dato sorprendente tras analizar datos de la Aemet. Hasta este verano, en 74 años de observación (1950-2023), no se había registrado en España un número tan elevado de mínimas tórridas (iguales o superiores a 25 ºC) a 15 de julio. Ahora algunos dirán que esto también es mentira.