Las lagunas de la melancolía

Lagunas sin agua en Doñana

Lagunas sin agua en Doñana / CSIC

Gonzalo Aupí

La naturaleza entiende muy bien de ecuaciones, al contrario que el ser humano, parece ser. Y aquí radica el ejemplo: si sumamos la extracción constante de agua a la actual sequía de los acuíferos de Doñana, el resultado es que, por segundo año consecutivo, Santa Olalla, la laguna más grande del parque nacional, se ahoga por completo. Este acuífero, el de mayor tamaño, ha servido durante miles de años como refugio estival para miles de especies. Pero, ahora, no queda más que un panorama desértico, melancólico y árido. Una suerte de espacio que fue completamente distinto tiempo atrás, y que tampoco parece que queramos cuidar. Más aún si tenemos en cuenta los intentos de legalizar las extracciones ilegales de agua que, por suerte, la Comisión Europea ha tratado de frenar. Por todo ello no solo parece que no nos importen nuestros tesoros naturales, si no que no vamos a dejar de explotarlos hasta que no haya vuelta atrás. Y esa cuenta nos lleva, por desgracia, mucha ventaja.