En otoño nos espera mucha lluvia... ¡de estrellas!

Este año se podrán divisar lluvias de estrellas, pues su máxima actividad coincidirá con la Luna menguante.

Este año se podrán divisar lluvias de estrellas, pues su máxima actividad coincidirá con la Luna menguante. / Levante-EMV

Estamos a las puertas del otoño astronómico y eso se nota. Las noches ya son más frescas y largas, ideales para disfrutar del cielo estrellado. Oficialmente, el otoño comenzará en España el 23 de septiembre a las 8.50, hora peninsular (una hora menos en Canarias), y nos traerá algunos eventos astronómicos destacables. ¿Cuáles? En las siguientes líneas les explico.

Primero llegarán las dracónidas, visibles en el hemisferio norte del 6 al 10 de octubre. Su origen se encuentra en la constelación Draco, y provienen del cometa 21P/Giacobini-Zinner. Se podrá divisar en la noche del 8 al 9 de octubre, si no hay impedimentos visuales importantes. Según el Instituto Geográfico Nacional, este año será un buen año para divisarlas, puesto que su máxima actividad se producirá con la luna menguante.

Luego nos visitarán las oriónidas, que son fragmentos del cometa Halley, y serán visibles hasta noviembre. Su pico máximo se producirá durante la noche del 21 al 22 de octubre. Se esperan entre 15 a 70 meteoros por hora, y este año su máximo no ocurrirá en un buen momento, puesto que la luna en su fase creciente nos molestará un poco.

¿Y en noviembre? Tampoco se queda atrás gracias a las leónidas, con su pico máximo en la noche del 17 al 18 de noviembre. La de Leo ocurrirán en un buen momento, puesto que su pico de máxima actividad de producirá cuatro días después de la luna nueva, siendo el día 13 de noviembre el plenilunio.

Y por último, cerraremos el otoño astronómico con las gemínidas, cuya tasa será mayor en las noches del 13 y 14 de diciembre. Afortunadamente este año será excelente para su observación. Su pico de máxima actividad será un día después de la luna llena del 13 de diciembre.

Como sucede con el resto de las lluvias de estrellas del año, el lugar de observación puede ser cualquiera, siempre y cuando sea en campo abierto o en la montaña, o en pequeños núcleos de población alejados de las grandes ciudades. Cualquier mirador, montaña o espacios abiertos y sin obstáculos son sitios bastante favorables para disfrutar de toda y cada una de las estrellas fugaces.

Lo más conveniente una vez hemos llegado al lugar de observación será dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en dirección opuesta a la Luna, en el caso que salga. Llegar media o una hora antes al lugar de observación puede ayudarnos a que nuestra visión se acostumbre a la oscuridad.