«Un guardia civil no se para a pensar cuando hay vidas en peligro»

Condecoran con la Cruz con distintivo rojo a tres agentes por salvar la vida de más de 70 ancianos en el incendio de la residencia de Moncada en la que fallecieron nueve residentes 

Jairo Aldonza y Jaime Álvarez no se sienten héroes, son guardias civiles y como tales actuaron cuando se adentraron «en una cortina de humo denso, en la que no veía nada y era imposible respirar», según recuerdan, para ir sacando uno a uno a los ancianos con movilidad reducida del ala más afectada por el fuego de la residencia de Moncada en la que perdieron la vida nueve personas en enero del pasado año. «Un guardia civil no se para a pensar cuando hay vidas en peligro, simplemente actúas, va en nuestra idiosincrasia», reconoce Jairo. «En ese momento no valoras si es más peligroso o menos para ti, piensas en la vida de los otros, por eso ingresé en la Guardia Civil», admite Jaime.

Ambos agentes, pertenecientes al puesto de Moncada y la primera patrulla que acudió al servicio tras ser alertados del incendio, han recibido la Cruz con Distintivo Rojo por las más de 70 vidas que salvaron ese 18 de enero. Junto a ellos otra compañera, Coromoto Souto, también ha sido condecorada con esta misma distinción, aunque en su caso no pudo acudir a recibir el galardón al estar recibiendo otro todavía más importante; un hijo.

La entrega de la condecoración en los actos celebrados con motivo de la festividad de la Virgen del Pilar, patrona de la Benemérita, fue especialmente emotiva ya que los agentes la recibieron de manos de algunas de las supervivientes de la tragedia de la residencia, Gladis, Plácida y Margarita. «Ha sido una sorpresa, no nos lo esperábamos, lo cierto es que me he emocionado al verlas», confesaba Jairo, con quince años de servicio en el cuerpo.

Estos dos héroes que burlaron a la muerte ayudándose de apenas una mascarilla quirúrgica y una linterna led para poner a salvo a los residentes hasta la llegada de los bomberos, relataron cómo crearon una cadena humana, junto a agentes de la Policía Local de Moncada y voluntarios, para ir bajando a los ancianos a pulso hasta el hall de entrada, donde ya eran debidamente evacuados. Entre los condecorados también se encuentra precisamente el jefe de Protección Civil de Moncada, Martín Pérez Aranda, al que le entregaron la Cruz con distintivo blanco.

Cuatro medallas para Homicidios

De igual modo, también han sido reconocidos con la Cruz de Plata el sargento jefe del grupo de Homicidios de la Guardia Civil de València y un agente de este mismo grupo por la resolución del crimen de Florina Gogos, la joven asesinada y arrojada a una acequia de Silla en enero de 2021. No han sido los únicos de ese equipo de investigación de muertes violentas, entre cuyo haber figura la resolución de casos tan mediáticos como el de Marta Calvo o el de Wafaa Sebbah, en ser reconocidos por su trabajo: también han sido condecorados, en este caso con la medalla al mérito de la Guardia Civil con distintivo blanco, otros dos integrantes del grupo de Homicidios, uno de ellos la única agente femenina con que cuenta el equipo.

Llamamiento a filas a las mujeres

«Necesitamos más mujeres para luchar contra la violencia machista, la trata de seres humanos y todo tipo de delincuencia». Ese ha sido el llamamiento a filas que ha hecho en su discurso, en la explanada Prado del Rey del Real Monasterio de El Puig de Santa María, el general jefe de la VI Zona de la Guardia Civil, Arturo Prieto Bozec. Así destaca que el Instituto Armado se ha convertido en una organización moderna y adaptada a los nuevos tiempos, y solo pide a las mujeres lo mismo que a los hombres, «compromiso de servicio a los ciudadanos». Así recuerda como en los años 90, cuando se incorporaron las primeras mujeres, una de ellas fue clave para que una operación contra el terrorismo de ETA fuera un éxito al hacer una vigilancia escondida en el maletero de un coche aprovechando su pequeña estatura.

El discurso del general ha estado plagado de referencias a la lucha contra ETA y recordó los 300 muertos de la banda terrorista, entre ellos doce niños –hijos de guardias civiles–, y que dan fuerza «para seguir luchando contra aquellos que con su fanatismo quieran alterar la paz. Estaremos delante para impedírselo y detrás para perseguirlos y exterminarlos», ha remarcado. Asimismo también puntualiza: «Servimos por igual tanto al que nos aplaude como al que nos abuchea o escupe a nuestro paso».

Por su parte, la delegada del Gobierno Pilar Bernabé también aboga por una mayor presencia de la mujer en el Instituto Armado, «ejemplo y referente para las niñas de hoy». Y recuerda la «escalada de feminicidios» en lo que va de año, con 52 mujeres asesinadas por sus parejas, cinco de ellas en la Comunitat Valenciana.