Educación

El 'boom' del Máster de profesorado: las solicitudes ya triplican las plazas de las universidades

La precariedad del mercado laboral empuja a muchos jóvenes a buscar una salida estable como profesores

"Hay un riesgo en quien se inscribe buscando solo un buen trabajo. Un mal docente puede hacer mucho daño a los alumnos", cuenta una estudiante

Jordi Puchadres y María Luisa Jiménez, dos estudiantes del máster de Educación en la facultad de Magisterio

Jordi Puchadres y María Luisa Jiménez, dos estudiantes del máster de Educación en la facultad de Magisterio / M.A.Montesinos

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

Un trabajo estable, con buen horario y un sueldo decente. Es lo único que buscan los jóvenes. Pero esas tres cualidades, que deberían ser normales en cualquier empleo, son hoy una quimera. La precariedad, los sueldos míseros, las horas extra sin pagar, no tener vida fuera del trabajo, los contratos temporales encadenados que hacen que no puedas ver más allá de tus narices, ni alquilar una vivienda, ni formar una familia. En ese ciclón está atrapada la juventud. Por eso cada vez más jóvenes (y no tan jóvenes) buscan asirse a la estabilidad de la administración pública, y por eso crece cada vez más la demanda del máster de profesorado.

Según los datos de las cinco universidades públicas, el número de solicitudes se ha disparado desde 2018 hasta hoy, llegando en algunos centros a quintuplicar las plazas ofertadas. En la Universitat Jaume I de Castellón (UJI) hubo 689 inscritos para 180 plazas, pero llegó a haber 838. En la Universitat Miguel Hernández de Elx son 1.100 inscritos para 400 pupitres.

En la UV son casi 3.000 solicitudes para 880 plazas, y esta facultad está comenzando a hacer pruebas de acceso para entrar a la formación. Además del filtro por nota de corte en la carrera, los aspirantes deben pasar una pequeña prueba de sintaxis y morfología en la facultad de magisterio. La falta de plazas es tal que las universidades privadas llevan años aumentando el precio de la matrícula, que puede oscilar entre los 4.000 y los 11.000 euros.

En total, las cuatro universidades públicas valencianas (la UPV aún no lo imparte) ofertaron 2.000 plazas y recibieron el triple de solicitudes (6.173). La demanda se ha disparado desde el año 2018 y especialmente tres la pandemia. En algunas universidades como la UJI, la demanda quintuplica a la oferta.

Jordi Puchades y María Luisa Jiménez son dos estudiantes que acaban de finalizar el máster hace dos meses. Ambos decidieron reorientar su vida laboral porque no ganaban dinero suficiente para vivir o sus trabajos no eran compatibles con formar una familia o una vida tranquila a largo plazo. "No pedimos mucho, solo ganar dinero de manera honrada trabajando con un horario laboral normal", explica Puchades.

Valencia. VLC. El boom del máster de Educación. Cada vez más jóvenes se apuntan para garantizarse un empleo estable con buen sueldo y horarios y escapar de la precariedad del sector privado. Jordi y Maria Luisa

Valencia. VLC. El boom del máster de Educación. Cada vez más jóvenes se apuntan para garantizarse un empleo estable con buen sueldo y horarios y escapar de la precariedad del sector privado. Jordi y Maria Luisa / M.A.Montesinos

Jornada completa, pero no poder vivir

Jiménez estudió filología y tiene 43 años. Comenzó el máster con 41 porque, aunque siempre tuvo vocación de ser profesora, la vida la había llevado por otros caminos. "Tenía una academia de pilates, y me di cuenta de que trabajaba mañana y tarde, un montón de horas, y no ganaba para vivir", explica. Ella tiene vocación de enseñanza, pero también reconoce que las buenas condiciones laborales también han condicionado mucho su decisión.

Jordi es periodista de formación, y pasó por la televisión pública valenciana en varias productoras y otros medios privados. Explica que pasó años encadenando contratos de tres meses con sueldos míseros y llegó a desarrollar problemas de salud mental. Como muchos alumnos del máster, es un periodista huyendo de la precariedad. El resto son de comunicación audiovisual, filología o traducción e interpretación. Él, personalmente, tiene vocación de preservar y enseñar valenciano para que la lengua siga viva.

Ambos creen que el aumento de la demanda del máster de profesorado tiene que ver con la rapidez con la que la anterior conselleria cubría las plazas de difícil cobertura, especialmente en valenciano. A eso, hay que sumar las buenas condiciones laborales que tienen los docentes. "Antes poca gente quería ser profesor, y cuando estudié filología mis padres intentaron evitarlo precisamente por si acababa de profesora, porque no cobraban nada bien. Ahora todo ha cambiado", cuenta Jiménez.

Valencia. VLC. El boom del máster de Educación. Cada vez más jóvenes se apuntan para garantizarse un empleo estable con buen sueldo y horarios y escapar de la precariedad del sector privado. Jordi y Maria Luisa

Valencia. VLC. El boom del máster de Educación. Cada vez más jóvenes se apuntan para garantizarse un empleo estable con buen sueldo y horarios y escapar de la precariedad del sector privado. Jordi y Maria Luisa / M.A.Montesinos

Otro elemento que ha hecho crecer la demanda del máster es la nueva ley educativa que aumenta las ratios de profesorado. "Faltan muchos profesores en las aulas para bajar la media de alumnos", cuenta Jordi. A todo esto hay que añadir la falta de salida de las humanidades "en la sociedad tecnológica en la que vivimos parece que las humanidades no tienen casi ningún valor, y siendo docente te garantizas un buen empleo", cuenta Jiménez. De hecho, ella propone que algunas carreras como Filología o Historia tengan una especialización que permita a los egresados ser docentes, en lugar de tener que pagar un máster obligatorio para tener esa salida.

Arma de doble filo

Tanto Jordi como María Luisa tienen vocación y recomiendan tenerla para apuntarse. "Pienso que la demanda del máster tiene algo peligroso, que es la gente que solo se apunta para tener un buen trabajo y salario. Ser profesor es mucho más que eso, y un mal docente puede hacer un daño tremendo al alumno", cuenta Jiménez.

Si la demanda sigue creciendo ambos apuesta por mirar mucho mejor los perfiles de cada estudiante antes de aceptarlos. "Cualquier no puede ser profesor, son necesarias una serie de aptitudes y estamos hablando de una labor muy importante como es la enseñanza. Se debería tener mucho más en cuenta la vocación", explica.

Puchades también asegura que hay todavía mucho trabajo por hacer tanto con el máster como con la educación pública. "La cantidad de alumnado que hay en las aulas es increíble. Sobre todo cuando hay estudios que dicen que la ratio está directamente relacionada con los buenos resultados académicos. Hay que avanzar incluso a que haya dos docentes en algunas clases, uno controlando las primeras filas y otro ayudando en las últimas. Es algo en lo que muchos países están avanzando", explica.

El máster, por otro lado, también tendría que modernizarse, aunque reconocen que les ha tocado un año complicado, con una nueva ley educativa con grandes cambios didácticos a medio aplicar. "La mayoría de los docentes no tienen del todo claro como aplicar la nueva ley, así que es complicado enseñarla. Pero aun así el máster tendría que modernizarse metiendo cuestiones como el uso adecuado de las nuevas tecnologías o prestando mucha más atención a temas como la salud mental que son muy importantes", sentencia Puchades.