Denuncian que hasta un 40 % de pacientes no acceden a rehabilitación tras superar un ictus

Desde la Federación de Daño Cerebral Adquirido (Fevadace) critican que la red pública de atención ambulatoria se queda "corta" y hay grandes desigualdades según departamentos de salud

Una paciente realizando ejercicios de neurorrehabilitación en la clínica privada Irenea.

Una paciente realizando ejercicios de neurorrehabilitación en la clínica privada Irenea. / José Manuel López

Poder asistir a un centro especializado tras salir del hospital es primordial para las personas que han sufrido, por ejemplo un ictus, y les han quedado secuelas en el habla o en la movilidad. Pero no todo el mundo que en la Comunitat Valenciana tiene un daño cerebral adquirido (ya sea por un ictus, un accidente o un tumor) tiene acceso a esos recursos públicos de rehabilitación, lo que limita el recuperar el máximo de calidad de vida. Es la denuncia que hacen desde Fevadace, la Federación de Daño Cerebral de la Comunitat Valenciana con motivo de la celebración del Día Mundial del Daño Adquirido (DCA) y el próximo día del Ictus este domingo. Se deriva a muchos pacientes pero son muchos los que se quedan fuera, hasta un 40 % de los que superan un evento de este tipo.

Es la estimación que hacen desde Fevadace porque, tal como critican "no hay cifras globales, no hay un código DCA al alta". Desde la institución han querido hacer una aproximación a través de una encuesta a cerca de 200 personas con DCA que sí están en centros de día. De los encuestados -que sí reciben ahora tratamiento-, solo fueron derivados a una unidad especializada el 60,7 % pero otro 39,3 % de pacientes se fue a casa sin tener asignado ningún recurso público.

De los que no consiguieron ser derivados en un primer momento, la gran mayoría (el 66,7%) está seguro de que de haber sido atendidos al alta estarían mejor en estos momentos.

"No hay plazas suficientes"

"Los ictus, por ejemplo, pueden dejar secuelas físicas que son más fácil de reconocer pero también cognitivas o conductuales y esas a veces no son valoradas. Toda esa gente que no es derivada es la que después al mes del alta vienen a las asociaciones para recibir ayuda", explica Paco Quiles, portavoz de Fevadace. Unas veces es porque no se han visto las secuelas en un primer momento pero también porque las plazas públicas de neurorrehabilitación ambulatoria "son claramente insuficientes", denuncian desde Fevadace y tampoco accede todo el mundo que lo necesita. "Y estamos hablando no solo de recuperar habilidades, sino de no perder lo recuperado", apunta Quiles.

Son pocos los hospitales valencianos que tienen servicios propios de neurorrehabilitación ambulatoria de ahí que el anterior gobierno autonómico decidiera en 2019 recurrir a la empresa privada para crear una red de centros concertados a los que derivar a los pacientes tras abrir un concurso público dentro su estrategia de atención al DCA 2017-2020 ya expirada. Se intentó llegar a nueve departamentos de salud en los que no había recursos (también teniendo en cuenta un criterio geográfico) y eso ayudó a paliar la situación pero "ha sido claramente insuficiente", apunta Quiles.

Una paciente ejercitándose en una asociación valenciana de Daño Cerebral.

Una paciente ejercitándose en una asociación valenciana de Daño Cerebral. / F. Calabuig

Preocupación por la "calidad" del servicio

Desde Fevadace ponen además el foco en otra cuestión: "la calidad del servicio. Estas empresas están trabajando pero no hay memorias, no sabemos cómo están trabajando o con qué estándares", añade. Estas diferencias entre ser atendido en un recurso 100 % público, una asociación o un centro concertado hace que el sistema "además de insuficiente tenga una gran inequidad. No es lo mismo sufrir un ictus y vivir en la zona del Arnau o del Hospital General que tiene su propio centro", critican desde Fevadace.

Casi 2.000 pacientes derivados a la privada

Prueba de que la red de centros concertados ya ha quedado desbordada es que, según cifras de la propia Conselleria de Sanidad, en 2021 se derivaron a centros privados al 100 % a 1.900 pacientes para recibir esta atención mientras que la red de plazas concertadas creada ex profeso acogió en ese año a "1.702 pacientes". En su día, además, se pactó con estas empresas que se iba a derivar solo a las personas "más graves".

En total son más de 3.600 personas que necesitan esta ayuda tras superar un daño cerebral adquirido, más de los que en un principio Sanidad previó atender en su estrategia 2017-2020 que desde Fevadace piden reactivar cuanto antes. En aquel momento, Sanidad apuntó que, al año, en la Comunitat Valenciana se daban 12.100 casos de daño cerebral (la mayoría por un ictus, el 80 %) pero solo lo superaban el 65 % de personas. De estos supervivientes, entre un 60 y un 65 % iban a necesitar atención ambulatoria tras salir del hospital, esto es entre 2.730 y 3.120 personas.

"No nos creemos las cifras en sí. Hace falta ese código DCA al alta para saber a lo que nos enfrentamos y conocer toda la realidad de personas con DCA y valorar bien qué recursos hacen falta", apuntaba Quiles.

El perfil: hombre de 47 años que ha sufrido un ictus

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La encuesta realizada por Fevadace arroja otros datos de la realidad del Daño Cerebral en la C. Valenciana. El perfil de la persona que está recibiendo tratamiento ambulatorio tras sufrir daño cerebral es el de un hombre (son el 63,9 %), con una media de edad de 47,2 años y que había sufrido un ictus. Este tipo de accidentes cerebrovasculares están detrás del 58 % de casos de DCA entre los pacientes de la encuesta pero también hay pacientes con daño cerebral por traumatismo craneoencefálico (17,8 %) o tumor cerebral (4,7 %) además de otras causas como un problema de falta de oxígeno o infección.

De entre los encuestados, tras el DCA pocos consiguen un grado de autonomía alto o muy alto. Así apenas uno de cada 10 trabajaba, el 12 % conducían y el 17 % eran autónomos para vivir de forma independiente.