Si les cancelan el vuelo, puede ser por estos motivos

Avión en un aeropuerto de España

Avión en un aeropuerto de España / Pixabay

Natacha Payá

Cuando viajamos en avión una de las cosas que vigilamos primero es la meteorología, ¿cómo será el vuelo? ¿Habrá turbulencias? Sería fatal perder un viaje o que te retrasen el vuelo a causa de las circunstancias climatológicas adversas. Aquí les cuento los motivos principales por lo que nos cancelan un vuelo. Siempre desde Meteored.

Hay que decir que las cancelaciones de vuelos son poco frecuentes, pero pueden pasar. El tráfico aéreo es una de las industrias con más controles y una de las más seguras para viajar. Sin embargo, por más controles que se hagan, no se libran de la meteorología, su principal rival.

Las circunstancias meteorológicas adversas son la causa más habitual de cancelación de un vuelo. Nieve, tormenta, lluvia helada o intensa niebla son los fenómenos más usuales que hacen que un vuelo no pueda despegar a la hora que le toca, no pueda aterrizar en su destino o que, directamente, se cancele.

Como nos podremos imaginar, las tormentas ocupan el primer puesto. Están compuestas por nubes de tipo cumulonimbo, de desarrollo vertical y con gran actividad eléctrica. Volar en el interior de una tormenta es peligroso, molesto, con turbulencias y reduce los márgenes de seguridad. Por lo tanto, no está permitido.

Aunque se puedan esquivar tormentas gracias al radar meteorológico, hay veces que no nos libramos una vez estamos en lo alto. Por esa razón, nuestro avión tiene que ser capaz de seguir funcionando a pesar de la inmensa ingesta de agua, de granizo y de nieve. Puede ser que el vuelo haya despegado a tiempo, pero probablemente se retrase para llegar a su destino y si la pista está congelada o con nieve te aseguramos que será una tarea complicada.

El viento, como no, es uno de los peores enemigos y más si está racheado. Habrá ocasiones en las que no sea peligroso y la maniobra del avión resulte fácil, pero en otras circunstancias no. Puede provocar una cantidad enorme de retrasos pero, ¿por qué? Mientras el avión se acerca a la pista de aterrizaje, el viento lo desviará y si el piloto no está seguro de que pueda controlar la posición pues… ¡Motor y al aire otra vez!

Y finalmente, otros candidatos importantes a arruinarnos las vacaciones, o los viajes de negocio, son los rayos y la niebla. Normalmente, los rayos no suponen un peligro porque el avión actúa como caja Faraday, pero si el aparato está en el suelo y es abastecido por queroseno, ahí sí. En cuanto a la niebla, los aeropuertos no pueden mantener el mismo número de operaciones por hora debido a la reducción de la visibilidad, por ello habrá retrasos y en algunos casos el cierre total de la instalación. ¿Qué les parece?