Jesús Gordillo, el asesor del exvicealcalde de València, Alfonso Grau, se marcó ayer un «Marcos Benavent» (el yonqui del dinero) y se arrepintió de haberse arrepentido ante la sección segunda de la Audiencia de València. Gordillo ha sido desde 2016 un testigo clave en la investigación del caso Taula ya que por su proximidad a Alfonso Grau, del que fue asesor durante once años (de 1999 a 2005 y de 2010 a 2015), su declaración sirvió de GPS a los investigadores para entender cómo se estructuró la presunta financiación ilegal de las campañas electorales del PP de València en 2007 y 2011, con la entonces alcaldesa Rita Barberá al frente.
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Gordillo fue uno de los asesores que se negaron a aportar los mil euros para la campaña electoral de 2015, a cambio de recibir dos billetes de quinientos, que no podían ingresarse en una entidad bancaria. Después ratificaría ante los investigadores del caso Taula esta operativa, considerada blanqueo de capitales a pequeña escala (pitufeo). Aunque esta parte de la pieza A del caso Taula acabaría archivada por la sección cuarta de la Audiencia de València al no quedar acreditado el origen del «dinero sucio».
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Posteriormente, Gordillo fue la garganta profunda que facilitó una documentación interna de Laterne Product Council (LPC), la consultora de comunicación que se encargó de la campaña electoral de Rita Barberá en 2007. Gracias a la documentación entregada por Gordillo al digital Valencia Plaza y a la Fiscalía Anticorrupción, los investigadores del caso Taulaextendieron la investigación del pitufeo en 20115 a las elecciones municipales de 2007 y 2011. Sus declaraciones sobre las supuestas prácticas irregulares fueron demoledoras. Gordillo inculpó a Alfonso Grau de pagar gastos electorales con billetes de 500 euros y de mediar y favorecer el abono de algunos de estos gastos por parte de empresas contratistas del Ayuntamiento de València.
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Sin embargo en la segunda sesión del juicio a Alfonso Grau y tres personas más, Gordillo cambió su declaración inicial que asegura hizo «presionado» por los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y porque en aquella época estaba «en proceso de divorcio, medicado y «dormía tres horas al día». Sobre la documentación que entregó en el juzgado y que implicaba al exvicealcalde en pagos en dinero negro de la campaña electoral, Gordillo ofreció una versión rocambolesca. Asegura que se la entregó un hombre en una calle poco transitada para que la aportara a la Fiscalía. Me negué a entregar la documentación, pero me enseñó una foto de mis hijos pequeños y me vi obligado a hacerlo. Guardé dos días los papeles en mi casa, sin leerlos porque es delito, y se los entregué a una periodista». Ahora asegura que ya no se siente presionado porque «mis hijos ya son mayores».
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Regocijo de las defensas
Otros giros radicales de su declaración buscaron exculpar al exvicealcalde de València. La bancada de las cuatros defensas, se regocijaba sin poder ocultar su alegría al escuchar la nueva versión de los hechos. Si en 2016 era Alfonso Grau quien le entregó 350.000 euros en billetes de 500 euros para pagar gastos electorales, ayer aseguró que fue el empresario Vicente Saez Tormo, ya fallecido, quien entregó ese dinero a Alfonso Grau para «pagar unas facturas que había achacado a la campaña electoral de doña Rita Barberá».
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También declaró, pese a lo que dijo en instrucción, que no se cambiaron conceptos de facturas de empresas para pagar la campaña del PP. Preguntado por sus contradicciones ha afirmado que en 2016 estaba con depresión, medicado y, además, «presionado» por la Guardia Civil durante una declaración de más de nueve horas «desde las tres de la tarde a la una y media de la madrugada, con mi hija sola en casa». Además de culpar a las preguntas "capciosas" del magistrado del caso Taula la orientación de sus respuestas.