Las normas de edificación actuales «impiden otra tragedia como esta»

Los expertos consideran que el código técnico vigente, donde se obliga a usar material ignífugo, evita la propagación rápida y total del fuego 

Valencia.VLC. Incendio en edificio de campanar

Valencia.VLC. Incendio en edificio de campanar / Eduardo Ripoll

Voro Contreras

Voro Contreras

El incendio en junio de 2017 de la Torre Grenfell de Londres llevó a modificar, tanto en el Reino Unido como en varios países de Europa, las normas de edificación que regulaban, entre otros aspecto, la combustibilidad de los materiales con los que se construían los edificios. La normativa aprobada en España desde 2006 fue modificada en 2019 para establecer que estos materiales debían de ser completamente ignífugos para edificios de más de 28 metros de altura, algo que hubiera evitado una tragedia de las dimensiones de la ocurrida el pasado jueves en un edificio de València construido en 2008. 

Esta misma semana la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, apuntaba que tras el incendio en Campanar se acabará teniendo un catálogo nuevo (de soluciones) que aportar a los códigos de la edificación y a la posible revisión de los edificios existentes en España que puedan tener las mismas características. De hecho, Morant anunció que su ministerio ya había encargado un estudio a este respecto al Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja.

No modificar, sí reflexionar

De todas formas, los expertos consultados por este periódico señalaban ayer que la actual redacción del Código Técnico de la Edificación, la normativa del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana que desde 2006 rige el desarrollo de obras, es suficiente para evitar otro desastre de este tipo. «No creo que sea cuestión de modificar de nuevo la norma de como ya se hizo en 2019, pero sí de hacer una reflexión sobre por qué se produjo esta situación», apuntaba el decano del Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunitat Valenciana, Luis Sendra.

Entre otras medidas establecidas para evitar sucesos como el del edificio londinense en el que fallecieron 72 personas, el gobierno español estableció que las fachadas de esa altura tenían que instalar sistemas de aislamiento situados en el interior de cámaras ventiladas que deben tener al menos una clasificación 'A2-s3,d0' de reacción al fuego. Es decir, tenían que ser ignífugas.

También obligaba a diseñar unos cortafuegos verticales cada tres pisos para que un incendio de características similares al de esta semana en València no se extendiera por toda la edificación.

Revisar los antiguos

Juan Queipo de Llano, Responsable de la Unidad de Calidad en la Construcción del Eduardo Torroja–CSIC, el instituto al que el Gobierno ha encargado el estudio sobre la normativa, también señala que el actual código «impediría claramente otra tragedia» como la ocurrida en el barrio de Campanar. «El código ya era bastante seguro desde 2006 porque ya contemplaba la reacción de los materiales al fuego, pero en 2019, y tras lo ocurrido en Londres, se establece la obligatoriedad de materiales ignífugos en los edificios muy altos», subraya.

Tras lo ocurrido en València, tanto Queipo de Llano como Sendra piden «prudencia» ante la investigación de las causas del incendio antes de tomar alguna decisión normativa. «Después, se podrá plantear o no si hace falta alguna mejora», indica el responsable del Eduardo Torroja.

Sobre si lo que habría que hace es una revisión de los edificios similares al de Campanar, que fueron construidos sin la obligatoriedad del material ignífugo, el decano de los arquitectos valencianos apunta a que habría que ir «caso por caso», no para rehacer las fachadas y los interiores, sino para ver si convendría aumentar las medidas de seguridad. 

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