Entrevista | Ignacio Stampa Exfiscal del caso Villarejo

Ignacio Stampa: "Dolores Delgado y Álvaro Ortiz desprestigian la Fiscalía al anteponer sus intereses personales"

El exfiscal del caso Villarejo explica el método del excomisario de policía: «Descubrió que grabar a todo el mundo era la mejor manera de ganar dinero y poder»

Ignacio Stampa, exfiscal del caso Villarejo y autor del libro 'El complot. La verdad del caso del fiscal Stampa'.

Ignacio Stampa, exfiscal del caso Villarejo y autor del libro 'El complot. La verdad del caso del fiscal Stampa'. / Miguel Angel Montesinos

Diego Aitor San José

Diego Aitor San José

Ignacio Stampa se muestra incómodo posando para las fotografías de la entrevista . «Soy un ciudadano normal, un funcionario público», reitera pese a que su nombre (más bien, su apellido) haya sido uno de los protagonistas de las cataratas de informaciones sobre el caso Tándem, el que investiga al comisario José Manuel Villarejo, del que fue apartado como fiscal y cuyo periplo narra en su libro ‘El Complot. La verdad del caso del fiscal Stampa’. Su presentación en València fue el jueves en una semana convulsa para el Ministerio Público.  

¿Por qué hablar de complot?

La definición de complot es una confabulación de varias personas que tiene como intención causar un perjuicio a una tercera persona y eso es lo que me ocurrió a mí. Y hay muchos actores: empresarios, representantes de la política, de la policía, de la justicia, de los medios de comunicación...

¿Qué tiene Tándem para requerir un complot contra uno de los fiscales? 

El complot es contra los dos, lo que se pretende con ese conjunto de actuaciones es atacar el procedimiento judicial y se ataca intentando debilitar al enemigo que somos los acusadores. Miguel Serrano y yo hicimos un equipo que avanzó muchísimo, que teníamos muy claro el procedimiento y lo que se consiguió fue separarnos, no enemistándonos sino eliminando a uno de los dos, porque también debilita al otro. Se debilitó el caso porque se debilita a las piezas ofensivas que lo investigan. 

¿Qué tenía el caso para ese complot?

Debimos llegar a tal nivel de descubrimiento que se consideró inadmisible seguir avanzando más para quienes estaban en apuros y algo debió pensar la fiscal general del Estado que lo que quiso fue parar a aquella pareja de fiscales y perjudicar el procedimiento.

¿Se esperaba descubrir lo que descubrieron?

Podíamos intuirlo, pero no pensábamos que pudiéramos acertar tanto en el pronóstico. Pero es que además Villarejo sabía casi en tiempo que real que le estábamos investigando, porque lo sabe todo, y nosotros detectamos que él lo sabe y por eso cuando tenemos la posibilidad de armar el tema bien, nos tiramos y explotamos el asunto. Y él no se lo cree y le pillamos con sorpresa. 

"Villarejo tiene el botón rojo siempre, con sus grabaciones manda mensajes"

¿Quién o qué es Villarejo?

Es un funcionario policial, con mucho don de gentes y muy manipulador, que descubrió que la mejor manera de ganar dinero y poder era grabar a toda la gente con la que se reunía. Cuando acumula esa información negativa, que no tiene por qué ser delictiva sino que puede ser reputaciona, la amenaza de difundirla es un arma. Eso es por lo que sus clientes le contratan y lo que utiliza para atacarnos cuando está en problemas. 

¿La desinformación es una amenaza para la justicia?

Absolutamente, todo lo que pasó en este proceso lo causó la maquinaria de desinformación de la que Villarejo es experto. Utiliza para su caso lo que usaba para sus clientes, pero lo que lo que menos esperas es que el fiscal general de tu país entre en ese juego para dañar un proceso sobre corrupción. Dolores Delgado agita los bulos pese a saber que son mentira y los focaliza en uno de los dos fiscales. Vox me denuncia con una denuncia política totalmente, pero ellos no lo difunden, lo difunde Dolores Delgado. Y cuando se archiva la investigación no dijeron nada de que un compañero suyo estaba limpio. Hicieron lo contrario.

Stampa posa en una calle del centro de València.

Stampa posa en una calle del centro de València. / M.A. Montesinos

Villarejo le dijo en su celda: «¿Todavía no te han echado? Qué acojonada debéis tener a mi amiga Lola». ¿Qué pensó? 

En ese momento lo que deduzco es que Lola es Dolores Delgado, mi entonces jefa, y su amiga porque en los audios se ha demostrado que son amigos; queVillarejo sabe que está próxima la fecha en que me echen porque el Consejo Fiscal es en cuatro días y sabe que me van a echar. Pero también deduzco que quien tiene acojonada a Dolores Delgado es él que tiene material grabado de ella entre 2009 y 2017. Pero eso solo lo saben ellos, nosotros no tuvimos acceso a ellos. Villarejo ahí tenía el botón rojo. Así manda él los mensajes. 

Hasta ahora el personaje de Villarejo ha quedado vinculado a casos del PP, sorprende entonces esa conexión de Delgado, ministra de Justicia en un Gobierno del PSOE y luego fiscal general nombrada por un Gobierno del PSOE

Dolores Delgado es la fiscal general nombrada por el PSOE, pero no le veo más intervención que esa en todo lo que nos pasó. Porque María José Segarra, que era la anterior fiscal con el PSOE ya en el Gobierno, nos trató de maravilla, respetó nuestro trabajo y nuestras decisiones. Lo que hace Delgado es una cuestión personal, no es política, al revés, aquello [su salida de Anticorrupción] ocurre en la semana en que teníamos que interrogar al exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, pero eso ya son elucubraciones. Era una cuestión personal que le interesaba a ella y a gente cercana a ella.

También jugó papel Álvaro García Ortiz. 

Cuando se abre la investigación contra mí, Dolores Delgado la dirige, pero de manera encubierta porque no puede aparecer al tener muchos vínculos con el caso. Quien ejecuta las órdenes es Álvaro García a quien había ascendido como fiscal jefe de la Secretaría Técnica. Y lo hace por escrito hasta el punto de que la Fiscalía Superior de Madrid las cumple porque sabe que son de Dolores Delgado. De hecho, el fiscal superior remite un escrito que dice: "excelentísima señora, conforme a lo solicitado, le remito..." y eso lo hace porque Dolores le ha pedido información y demuestra que hay una intervención clara, una orden escrita que no aparece o una verbal, pero quien las canaliza es Álvaro García que ha servido de escudero y de escudo.

"Sigo confiando en la justicia, sino no podría trabajar en ella"

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Los dos nombres están de actualidad. 

El Supremo ha puesto negro sobre blanco la relación que hay entre ellos, pero no es solo la última semana, en noviembre ya dicen que hay desviación de poder en el nombramiento de ascenso de ella a fiscal de Sala por una deuda de gratitud. Es gravísimo.

En el libro dice: «Los fiscales no debemos permitirnos seguir perdiendo la confianza de los ciudadanos». ¿Es cuestión de nombres propios o del sistema?

Es de nombres propios, de cómo está configurado el sistema y de lo que trasladamos a la sociedad. La Fiscalía está compuesta por 2.800 fiscales que tenemos por misión, entre otros puntos, velar por el interés general. Lo que nos encontramos con Dolores Delgado y Alvaro García es que ponen su interés personal por encima del interés general; están llevando a la institución al descrédito y desprestigio porque anteponen sus intereses.  

¿Cómo se revierte de cara a la ciudadanía este descrédito?  

Distinguiendo la institución de las personas. Lo importante es no confundir la Fiscalía con los fiscales generales concretos, es lo que han intentado ellos cuando se les ha criticado algo, que dicen que se ataca al Ministerio Fiscal. 

Después de todo este tiempo, ¿confía en la justicia? 

Sí,sino no podría seguir trabajando en ella; pero sé que depende de personas y que la verdad material no siempre coincide con la judicial. 

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