En búsqueda del último episodio de lluvias antes de que comience el grueso verano

Así de secos están los ríos Serpis y Vernissa por la sequía

Así de secos están los ríos Serpis y Vernissa por la sequía / Levante-EMV

Juan José Villena

El día 1 de junio comenzará el verano climatológico. No es el que habitualmente la gente espera para publicar una foto molona en Instagram, porque en el colegio se solía hablar del astronómico -por convención es el oficial, pese a que yo nunca habría firmado-, pero a efectos de temperaturas y precipitaciones es el que vale. Esto quiere decir que en cuestión de días arrancará la estación más seca para gran parte del país, quitando ciertas zonas de montaña donde las tormentas estivales representan un aporte fundamental para la pluviometría anual, como es el caso del sistema Ibérico. El problema de este año es que el Mediterráneo aún continúa con el estiaje del verano pasado. 

El suelo está muy seco, sobre todo en puntos del sureste donde los ríos apenas llevan agua y la vegetación está sufriendo un estrés insoportable. Los pinos hace meses que están muriendo. Por eso en estas zonas se miran con mucho recelo los modelos meteorológicos, que muchas veces han amagado con llevar precipitaciones a estas regiones y al final han acabado en agua, pero de borrajas. Desde hace unos días los mapas dejan entrever un nuevo episodio tormentoso en el inicio de junio.

El plazo no permite muchas virguerías, es largo y hay muchísima incertidumbre, pero es una alegría ver opciones de lluvia aunque sea para no caer en el doomismo. El modelo que tenemos de referencia en Meteored apuesta en su salida principal por una vaguada que traería un refrescamiento y chaparrones a partir del 31 de mayo. Para hablar de ello hay que acudir a las predicciones probabilistas, es aconsejable consultar los llamados ‘clusters’, que agrupan los diferentes escenarios previstos y se ordenan de mayor a menor probabilidad. Cada hornada del modelo europeo saca 52 opciones, pues bien, para esas fechas hay cinco grupos reconocibles y cuatro de ellos apuestan por una vaguada o DANA cerca de la península. Hasta ahí todo fantástico, el problema para quienes esperan que llueva es que el díscolo es el más numeroso y muestra algo muy diferente: la vuelta de las altas presiones. 

También podemos fijarnos en los regímenes que el modelo europeo anticipa a medio y largo plazo. Hasta finales de mes hay un patrón de bloqueo escandinavo, que es el que ha traído algunas borrascas y ambiente fresco estas semanas. Y quizá podría dejar como legado ese último episodio. Con el inicio de junio parece que se impondrá la NAO positiva y el tiempo revuelto volverá a la zona que suele frecuentar, el norte de Europa, aunque no sería la primera vez que un chorro polar en latitudes altas se curva y deja alguna depresión aislada en las medias. 

En definitiva, en estas fechas lo normal es que el tiempo tienda a ser cada vez más estable y caluroso, pero algunos modelos mantienen abierta la puerta a que el inicio de junio tenga un tiempo revuelto. El chorro polar tenderá a subir para conducir a las borrascas por las zonas habituales, pero se ondulará en ese proceso y dejará alguna vaguada o DANA en las cercanías de la península de aquí a unos días. Cuando eso sucede, hay áreas que tienen tormentas fuertes y otras acaban inmersas en el aire subtropical, con temperaturas muy altas. De momento la balanza se inclina hacia lo primero en España. Crucemos los dedos por las zonas necesitadas.