El recinto que albergó la conocida discoteca Arabesco en San Antonio de Benágeber desde los años 90 está comenzando a ser reducido a escombros.

El ayuntamiento aprobó en su día una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana que ahora permitirá la realización de un proyecto de una empresa de alimentación para instalar allí un gran supermercado, como ya publicó Levante-EMV. Según ha confirmado el alcalde, Enrique Santafosta, a la superficie de alimentación, de la firma de capital valenciano Family Cash, se sumará en la misma parcela "una cadena de restauración muy conocida" de comida rápida.

Entre ambas compañías, Santafosta estima que se crearán alrededor de medio centenar de nuevos puestos de trabajo, además de otros empleos indirectos temporales relacionados con las obras tanto de derribo, que ya han comenzado a ejecutarse, como de construcción. El alcalde añadió que "al ritmo que van las obras y los trámites", el complejo podría estar listo "a finales de este mismo 2017".

La firma que ha comprado la parcela derribará totalmente la antigua discoteca, que fue en su día una de las más grandes de la Comunitat Valenciana, y que lleva años totalmente abandonada. De hecho, su situación de deterioro se había convertido en uno de los asuntos a tratar con urgencia por el consistorio de San Antonio de Benagéber. "Estaba en estado ruinoso y teníamos problemas de vandalismo, por lo que instamos a los dueños a que tomaran decisiones", explicó Santafosta.

La sala fue inaugurada a principios de los 90 y cerró sus puertas en marzo de 2007 tras pasar a llamarse Queen y, posteriormente, Space, y estar un año clausurada a consecuencia de las denuncias de los vecinos de la urbanización Colinas por el exceso de ruido. Los propietarios tuvieron que acatar la orden dictada por el ayuntamiento, avalada por un informe de la Policía local, en el que se ponía en entredicho la seguridad del recinto.

Ya en 2014, el Ayuntamiento de San Antonio de Benagéber sacó a subasta pública por valor de 3,3 millones de euros los terrenos y los inmuebles, ya que la empresa gestora de esta instalación de ocio mantenía diversas deudas con el consistorio, lo que motivó el embargo de las instalaciones y su subasta para saldar los pagos pendientes. El complejo se componía de discoteca, salones recreativos, restaurante, grill, terrazas y otras dependencias auxiliares.