La Generalitat se abre a convertir el polvorín de Riba-roja en un centro de ciberseguridad o en un enclave que de respuesta a las emergencias

Insta al ayuntamiento a presentar un proyecto que pueda valorarse para consolidar en la próxima legislatura. El consistorio también propone convertirlo en un Centro Interpretativo de la Línea Inmediata

Amparo Soria

Amparo Soria

El polvorín de Riba-roja es demasiado valioso como para dejarlo perder. El Cuartel de Artillería y el Centro de Resistencia de la Línea Inmediata que lo componen es algo más que un elemento histórico y patrimonial a conservar; es una instalación potencialmente utilizable, con posibilidades de ser recuperada, restaurada y puesta en marcha de nuevo. Los usos están todavía por concretar, pero todo gira en torno a tres campos: la ciberseguridad, la respuesta a las emergencias o un centro de interpretación de la infraestructura bélica.

Así lo plantean los responsables, tanto la Comunidad de Regantes como propietarios del terreno como el Ayuntamiento de Riba-roja, gobernado por Robert Raga, como promotor de cualquier uso de este espacio. Es la Generalitat, a través del secretario autonómico de Seguridad y Emergencias y Director general de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias (AVSRE), José María Ángel, quien recogió el guante lanzado por el consistorio en 2021 y ratifica ahora: "Es una obra magna que no debería desperdiciarse, no hay nada formalizado pero el ayuntamiento debería plantear el proyecto a la dirección general de Nuevas Tecnologías de José Manuel Duarte", explicó a este diario.

Ángel aboga por dos usos, todos relacionados con la seguridad. Por un lado, destinarlo a proteger los sistemas informáticos principales de la Generalitat u otros organismos para que estén a buen recaudo y, literalmente, a prueba de bombas y desastre. Por otro, puede ser un enclave idóneo para instalar allí de nuevo personal y cuerpos de seguridad que den respuesta a las emergencias, ya que se encuentra junto al Aeropuerto de Manises, a la sede de la ONU de Quart de Poblet y a la de la OTAN de Bétera.

El lugar geográfico es uno de los principales reclamos. El alcalde Robert Raga está convencido de que este uso basado en la seguridad es el que debe prevalecer, pues se formaría un buen triángulo de organismos internacionales entre el Camp de Túria y l'Horta. El primer edil recuerda que Riba-roja también es sede del archivo histórico de la Generalitat, que alberga en una nave industrial del polígono, por lo que este podría ser un nuevo lugar donde mantener información a salvo.

"Es una infraestructura única y abierta a cualquier consideración, necesitamos colaboración de la Generalitat y tal vez buscar fondos europeos que consoliden cualquiera de los usos que pueda tener", dice Raga, en completa sintonía con José Vicente Mossi, secretario de la Comunidad de Regantes de Riba-roja, propietaria de estos terrenos. Apunta a que están abiertos a cualquier opción, ya que solo quieren que se aproveche este área donde el abandono se ha instalado tras grandes inversiones por cerrarlo. "Nos ha costado mucho dinero mantenerlo, todo vallado y cerrado para que luego lo desmantelaran todo", lamenta.

Además, pone sobre la mesa la posibilidad de convertir parte de este lugar en un Centro de Interpretación de la Línea Inmediata, la estructura defensiva más cercana a València durante la Guerra Civil que nunca llegó a entrar en funcionamiento ya que el frente se quedó en la XYZ. Discurría desde El Puig hasta los Carasols, en Riba-roja, unas montañas justo al lado de donde se encuentra el polvorín. Toda esta zona está llena de trincheras, búnkeres, nidos de ametralladora y demás construcciones defensivas.

Sería el primer lugar donde se aglutinara toda la información sobre esta línea defensiva cuyos municipios que la integran ya están asociados en una plataforma que vela por cuidar el patrimonio.

Aún así Raga asegura que hay otro uso que también se ha planteado debido a la cantidad de construcciones exteriores que hay en la zona. Eran antiguos barracones de soldados y cantina además de edificios de otros usos, y el alcalde no descarta rehabilitar alguno de ellos para convertirlo en un albergue municipal.

El interés del sector privado

La preferencia porque sea la Administración quien gestione este espacio no evita que el sector privado se haya interesado en él. Recientemente fue un grupo inversor de China quien contactó con el ayuntamiento preguntando por este lugar, "pero el uso que querían otorgarle no era compatible con el tipo de suelo". Además, otras empresas de entrenamiento de cuerpos de seguridad también ha querido realizar actividades allí.