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Retos del alcalde de alcaldes

Al repasar diferentes y recientes titulares informativos „«Caixa Ontinyent desarrollará con el IVF proyectos de economía social y formación»; «Ontinyent acoge la primera junta de la Facultad de Ciencias del Deporte»„ el termómetro anímico de las gentes que pululan por este lugar asciende, más o menos, al nivel que marcan los indicadores climatológicos estos días. Todos los ojos andan puestos en el alcalde de alcaldes, Jorge Rodríguez, y en ver si hace pública alguna suerte de hoja de ruta que deberá desglosar y sin prisa, pero sin pausa, establecer un calendario de posibles. Porque el tiempo vuela y, en burocracia, como se repantiguen puede quedar en un visto y no visto, precisamente este cuatrienio, que puede servir para resucitar, de una vez por todas, a Ontinyent. Eso significaría ponerla en el mapa de las ciudades medias valencianas, a la par que como capital de la Vall d'Albaida tiene la responsabilidad histórica de pilotar la comarca para que salga de su endémico síndrome de comarca de interior, con todas las discriminaciones institucionales inherentes a tal marginalidad.

Si la semana pasada veíamos como Xàtiva se movilizaba para mantener «su examen teórico de Tráfico tras la presión contra la DGT», un logro debido a «la presión ejercida por los alcaldes de los municipios afectados», ya desde el primer minuto, Rodríguez, acompañado si se tercia de Compromís „que ya ha manifestado su predisposición a aunar esfuerzos„deberían ir «colze a colze» no privilegiando, pero si equiparando a una ciudad y una comarca, sumidas durante décadas en el ostracismo y el ninguneo. Precisamente, y para no perder comba, la propia DGT debería ser uno de los primeros asaltos del batle, de cara a situar en Ontinyent como centro comarcal de exámenes para la obtención del carné de conducir. La pila de reivindicaciones históricas, fatalmente adormecidas, continuaría con la largamente ignorada de una Delegación de Hacienda en la ciudad. Reestudiar los servicios para el nuevo hospital, en el sentido de que la relación con el de Xàtiva pase de ser de una dirección „siempre hacia la Costera„ a un servicio de dos direcciones en que haya servicios exclusivos del de Ontinyent y otros exclusivos de Xàtiva, pero siempre a la par. La revisión de armas que realizan los cazadores, o la EOI. A nivel comarcal, y en lo que le toca a la diputación o el Consell, poner fin a las insanas trabas que han evitado, en los últimos años, que la Vall pudiera culminar su Pla de Minimització. Y, valga como cierre evocador de asuntos pendientes, la línea de tren Xàtiva-Alcoi, modernizando sus coches, multiplicando servicios, acortando tiempos, mirando este servicio a 50 años vista o acercando la estación a Ontinyent.

En la estela de Gironés. No es cuestión de que en 2019 Rodríguez haya hecho al 100% los deberes, pero si logra que, al menos, sean realidad la mitad de los objetivos, seguro que la creciente popularidad del batle, emularía y superaría, en democracia, a la que obtuvo en la última década de la dictadura el ex alcalde Vicente Gironés, que forjó el polideportivo o el Instituto de l'Estació, el primer centro público de bachillerato que se levantó en la ciudad. Conseguir que el trasvase de votantes del PP, que el pasado 24M optó por él, y le sigan siendo fieles, sin importarles el partido al que representa, está en su mano.

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