Aunque la Fira del Bestiar no se inaugura oficialmente hasta mañana, el recinto de animales instalado en la explanada del pabellón de voleibol de Xàtiva puede ser visitado a partir de hoy a las 9 de la mañana. Ayer por la tarde, más de una treintena de tratantes y ganaderías llegados desde distintos puntos de la geografía comenzaron a desembarcar con sus trailers y camiones en el espacio.

Al componente tradicional del evento -germen de la Fira d'Agost-se le suman una serie de cambios introducidos por el ayuntamiento con la mirada puesta en adaptar la celebración a los nuevos tiempos. El complejo se ha reestructurado con el objetivo de «subsanar los problemas de acceso» y pueden encontrarse tres espacios claramente separados y diferenciados: uno para el tiro y arrastre, otro para la compraventa de animales y otro para la doma y las exhibiciones ecuestres. Una gran carpa adicional instalada este año amplía en buena medida la zona de sombra.

Es la primera edición de la feria de ganado regulada por una ordenanza municipal cuya misión, según el consistorio, es «garantizar las condiciones de salubridad y seguridad de los animales», evitando situaciones de maltrato. El refuerzo de las medidas de control llama la atención nada más llegar al complejo. Un cartel municipal advierte al usuario de las «buenas prácticas» que se desarrollan en su interior y subraya 7 puntos de obligado cumplimiento: no se admiten animales enfermos o en mal estado sanitario; el ganado únicamente ha de emplazarse en los corrales habilitados para su exposición y venta y se amarra con una longitud de cuerda que permita al animal tumbarse e introducirse; en cada corral solo se admite un número de animales adecuado para evitar su hacinamiento (de uno a tres, según los organizadores); dentro de cada corral se sitúan animales del mismo sexo, especie y similares dimensiones; la utilización del bastón se reserva para la conducción y orientación del ganado; se prohíbe utilizar con los animales objetos en punta y los ejemplares destinados a transporte han de ser hidratados antes de abandonar el recinto. Un veterinario se encargaba ayer de asegurar que los animales cumplían con los estrictos controles exigidos por la normativa. La nueva ordenanza aprobada por el consistorio prevé sanciones de 750 a 3.000 euros, según el grado de la infracción. El recinto de la Fira alberga 32 boxes y más de un centenar de caballos, entre ellos un buen puñado de purasangres y un tercio de abasto. Todos los corrales destinados al trato están llenos: en ellos también se encuentran asnos o mulas.

Concursos de doma

Luis Aparicio, el propietario de la Font del Saldrar, el centro hípico que organiza la Fira del Bestiar, hace hincapié en la adaptación y evolución del evento, que apuesta cada vez más por el deporte de la equitación. Prueba de ello es la gran cantidad de actividades relacionadas con esta actividad en la programación de la Fira d'Agost. Sin ir más lejos, hoy a las 12 habrá una exhibición de diferentes tipos de doma en pista cubierta, además de un concurso territorial de alta escuela a las 19 horas en el que colabora la Federación Hípica de la C. Valenciana. A la misma hora, el miércoles y el jueves, se prevén otros concursos de doma vaquera y clásica, aunque este último podría suspenderse por falta de participantes. Mañana será el primer día oficial de la Fira del Bestiar y las primeras pruebas del XLIII Concurso de Tiro y Arrastre de la Fira d'Agost, uno de los acontecimientos más típicos, que se extiende hasta el viernes. Ese mismo día, a las 22.30 horas, cerrará sus puertas el recinto de la Fira del Bestiar.

Ayer fueron decenas los curiosos que quisieron asistir a la entrada de caballos al complejo, anunciada como una actividad más en la programación de la Fira. Los presentes, sin embargo, se fueron desilusionados y algo enfadados cuando comprobaron que los camiones llegaban y descargaban de forma escalonada dentro del recinto, que permanecía aún cerrado al público. Algunos vehículos de gran tonelaje tuvieron problemas para acceder. La grúa municipal tuvo que intervenir para retirar un coche que dificultaba el acceso. La Policía Nacional supervisó el montaje. Entre los propietarios de ganado cundía cierta sensación de desánimo. Algunos protestaron por las nuevas normas, que consideran excesivamente restrictivas para la actividad tradicional (cada vez más residual), así como por los precios fijados para participar y por no poder quedarse a dormir en el recinto (solo una persona por grupo). Desde la organización se recalca que las medidas son imprescindibles para garantizar la higiene y la salubridad en el complejo.