Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Temporal y cambio de temporada

el temporal climatológico es lo que tiene, al menos por esta Vall blanca. Que con meridiana puntualidad, en señalar las hojas del calendario el mes de septiembre, no se libra de un buen arsenal de rayos y truenos que, a modo de preludio, anuncian fuertes descargas de lluvia (o lo que es lo mismo: torrenciales) y, a veces, un voluminoso granizo (un ejemplo, con pesar, el dels Alforins). Es el fin del verano sociológico. Es un adelanto de varias semanas a la estación otoñal, el que se cierne sobre lugares como Ontinyent. Y se plasma con el cierre de una piscina de verano abierta al cielo, antes de que se le vea más la suciedad u otras carencias, en la praxis, por normalizar. El contrapunto lo pone la apertura al público de la piscina cubierta. Aunque en las dos orillas del Clariano, desde hace siglo y medio, el final del verano lo solemnizan festeros y gentes del lugar, en la procesión religiosa de la Pujà del Crist, tal y como avisaba a los fieles, en las redes sociales, el batle Jorge Rodríguez (una gentileza, independientemente que sea o no competencia,del alcalde de un Estado aconfesional), a las 3 de la tarde, para que alargasen la comida dominical los comensales. Pues la organización del evento tradicional le había comunicado que, dicho acto, quedaba aplazado una semana, debido a la «inestabilidad meteorológica». Pues eso.

Y a renglón seguido, otro clásico del final estival, que llega con la verema: el inicio del nuevo curso escolar. Con el alumnado, supuestamente, con las pilas recargadas. Sobre los resultados, ya veremos. Pero también empieza un nuevo curso político para los representantes valldalbaidins. Para unos será el cuarto y último. Para otros, si decidan seguir en la competencia electoral, la próxima primavera será el momento de examinarse (sin entrar en el debate sobre el nivel formativo del votante-examinador) y pasar la reválida, o no. A no ser que las turbulencias políticas cambien las fechas de los comicios municipales. El paso de las horas siempre oscila. Tal como hasta ahora se venía haciendo con los relojes, una hora para adelante, otra para atrás, 1, 2,3, ¿la yenka? Veremos si a partir del año próximo se impone el trellat de la UE, en la hora.

Las elecciones, ahí delante

Aunque a la hinchada del público elector ya se la conoce, por estar inscrita en los censos municipales, no sucede lo mismo con los equipos democráticos, ni con sus capitanes, que competirán por los primeros puestos para gobernar. De momento el único municipio valldalbaidí que al tener más de 20.000 habitantes tendrá que designar su candidato a la vuelta de la esquina, al menos entre los socialistas, es Ontinyent. Del resto de partidos, públicamente, aún no ha dicho nadie esta boca es mía. Aunque en la mayoría de municipios de la comarca, al menos entre los equipos que ostenten alcaldía, será que opten por el conservador aforismo del «virgencita que me quede como estoy» Quiérase decir que los actuales alcaldes y alcaldesas repitan. Obviamente habrá excepciones, caso de Bocairent, mientras otros, como el de Agullent, dado el abultado resultado de su anterior goleada electoral, lo normal es que en su actual deshoje de margarita con el que se viene pronunciando, termine pronunciando un esperado sí. Para regocijo de Compromís.

Compartir el artículo

stats