el pasado día 28 de octubre se conmemoró el Día del Ferrocarril. Esta efeméride se celebra en España en recuerdo del primer trayecto que cubrió un tren en la Península Ibérica, el mismo día, pero del año 1848. Se trataba del ferrocarril que unía Barcelona con Mataró. La jornada se celebró con diversos actos en estaciones, jornadas de puertas abiertas en museos del ferrocarril y difusión de noticias y reportajes en medios de comunicación y redes sociales.
La línea ferroviaria Grao de Valencia-Xàtiva, cuya concesión se otorgó en el año 1850 como un ramal del ferrocarril que habría de unir Madrid con el Mediterráneo, se concluyó en 1854 y fue, asimismo, una de las primeras de la Península. De hecho, las primeras estaciones del Grao de Valencia y la de Xàtiva „hoy junto al trazado de la también veterana línea Xàtiva-Alcoy, concedida en 1888 y terminada en 1904„ son las más antiguas que se conservan en pie en España. Hubiera estado bien conmemorar el día del Ferrocarril en Xàtiva con un pequeño acto con la buena noticia, anunciada sólo dos días antes, de la ansiada rehabilitación de la antigua estación en su primera fase de reconstrucción de la cubierta original y consolidación del edificio.
Por otra parte, el trazado ferroviario entre Xàtiva y Almansa, concedido en 1852, se concluyó en 1859, también como parte del trazado hacia la capital del país. De todos estos pioneros hitos ferroviarios en España se pueden todavía leer las placas conmemorativas de sus longevos aniversarios en las paredes que dan a los andenes de la actual estación setabense. En ese trayecto ferroviario entre Xàtiva y Almansa, como se puede comprobar por anuncios publicados en el diario Las Provincias del año 1912, con el horario de trenes y su parada en estaciones de la línea, en ambos sentidos de vía ascendente y descendente, de la Línea de Almansa de los ferrocarriles de Almansa a Valencia y Tarragona, el tren tenía parada en la estación de la Font de la Figuera entre La Encina y Moixent, con dos frecuencias diarias. En la primavera de 1997 entró en servicio la variante ferroviaria Xàtiva-La Encina, de 41,2 kilómetros y doble vía, para velocidad alta, que sustituyó al viejo trazado en vía única de la línea Madrid-Valencia, quedando fuera de uso la estación de la Font de la Figuera, el túnel de Santa Bárbara y el apartadero de La Parrilla.
Hace unos días se hacía pública la reivindicación del alcalde de la Font de la Figuera respecto del abandono del municipio en los programas autonómicos y nacionales de vertebración territorial y transporte, especialmente por ferrocarril. Desde su ayuntamiento han presentado alegaciones para tratar de solucionar el olvido absoluto hacia el municipio en esta materia, que pasan por la ampliación de la línea de ferrocarril C-2 de RENFE cercanías Valencia Nord-Moixent hasta La Font de la Figuera, una propuesta factible ya que el servicio de trenes regionales aprovecha vías que pasan por La Font de para enlazar con Almansa. También se solicita la extensión de la nueva comunicación ferroviaria de cercanías entre Villena y Alicante hasta La Font de la Figuera, en ambos sentidos, teniendo en cuenta que el nuevo Plan General de Ordenación Urbana contempla la localización de una nueva estación de ferrocarril para el municipio, tras el derribo de la antigua en el año 2002, como consecuencia de la supresión del servicio, borrando así del mapa más de 150 años de historia ferroviaria. En este contexto, llama la atención el silencio de Xàtiva, la cabecera histórica, administrativa y referente ferroviario de este territorio ante la marginación y exclusión de la comunicación y el transporte de personas de este municipio comarcano de más de 2.000 habitantes. Se echa de menos un apoyo explícito de la ciudad y su ayuntamiento a esta justa reclamación, que además repercutiría beneficiosamente en ambas sociedades locales.
Vía verde. En el mismo sentido el retraso de la ciudad en completar el proyecto de vía verde del antiguo trazado ferroviario entre La Pobla Llarga-Manuel-L'Enova y Xàtiva, sin profundizar en la búsqueda de sinergias con estos municipios que también han tenido a la capital setabense como un referente histórico, comercial y administrativo lleva a pensar que, probablemente, una de las causas de la decadencia y estancamiento de la ciudad como referente de sus municipios cercanos de menor tamaño sea el descuido de las relaciones y la despreocupación por sus necesidades, teniendo en cuenta su mayor capacidad histórica de influencia. Y tal vez, parte de la solución estribe en volver a girar la vista y la atención, empatizando, respetando y cuidando el contexto territorial y social más cercano puesto que la unión siempre hace la fuerza.
