El juzgado de lo penal nº14 de València ha decretado el ingreso en prisión de una de las tres hermanas de Xàtiva condenadas a dos años y medio de cárcel por robar en una máquina expendedora de la calle Carlos Sarthou. Hace medio año, in extremis y tras varias negativas iniciales, la defensa de las acusadas consiguió que se suspendiera su inminente ingreso en un centro penitenciario mientras se tramitaba la petición de indulto, un día después de que Levante-EMV se hiciera eco del caso.

El Consejo de Ministro, sin embargo, ha acordado no conceder la medida de gracia solicitada respecto a Encarnación G. C. por ser la única de las tres hermanas que cuenta con antecedentes penales previos a la causa. Tras recibir el oficio del Ministerio de Justicia, el juzgado de lo penal requirió a la acusada para proceder al ingreso voluntario en prisión con tal de cumplir la pena impuesta. A partir del pasado jueves, cuando fue citada a comparecer en el juzgado, Encarnación dispone de un plazo de cinco días para acatar la orden.

Pero los abogados de la penada, Lino López y Cristina Tébar Visent, no arrojan la toalla e intentan frenar a contrarreloj la ejecución, apelando al artículo 80.4 del código penal. Por eso han solicitado en sede judicial una suspensión del procedimiento durante 15 días para recopilar la documentación médica necesaria para probar que la acusada padece una enfermedad a nivel psiquiátrico que no aconseja su estancia en prisión. Además, afirman que su situación socio-económica y familiar no es la más propicia para la entrada en Centro Penitenciario: "apenas tiene ingresos en la unidad familiar, es la única que los procura, de ella dependen dos menores de edad y una persona anciana, y los adultos que conviven con ella tampoco trabajan. Una situación límite", apuntan sus abogados. "Ingresar en prisión sólo ocasionaría más problemas a esa familia, ya de por sí rota", agregan.

La defensa tramitó el indulto para las tres hermanas de manera conjunta. La solicitud de Encarnación ha llegado denegada. Los hechos juzgados se remontan a marzo de 2012, cuando unos menores se apoderaron de diversos paquetes de snacks, palomitas, chocolatinas, batidos de chocolate, zumos de naranja y gusanitos introduciendo la mano dentro de la guillotina del punto de venta automática de Carlos Sarthou de Xàtiva „hoy desaparecido„ y forzando los espirales de seguridad. El «botín» se valoró entre 10 y 15 euros.

Según relató la sentencia, los mismos hechos se reprodujeron dos veces más en menos de un mes. A la vista de las grabaciones de la cámara de seguridad que instaló la dueña del vending, el juzgado vio acreditado que, en ambas ocasiones, las tres acusadas «cooperaron activamente» con los menores, haciendo «de parapeto» para que pudieran completar con éxito la acción, sin que nadie les viera. Esta actitud repetida de ayudar al chico de 15 años que un juzgado de menores de València condenó como autor directo de los hechos, junto al daño provocado en la máquina „la rotura de los espirales de seguridad y el motor de los mismos, aunque nunca se llegó a valorar pericialmente„ condujeron a la Fiscalía a acusar a las mujeres de un robo continuado con fuerza y a solicitar para ellas 2 años y medio de cárcel, pena confirmada por la Audiencia. El juez apeló al supuesto agravado de «instigar y usar a menores». Una acusación que las condenadas niegan.

Las tres hermanas „de 52, 47 y 42 años„ consideran desproporcionada la pena y se ofrecen a pagar una multa o a prestar trabajos para la comunidad. «Tenemos miedo y estamos asustadas. Hay quien hace cosas muchas mas feas y está en la calle», manifestaron a este diario cuando Encarnación recibió la última notificación.