el Patronato de la Alhambra y el Generalife de Granada difundía hace unos días, a través de sus canales de comunicación, la noticia de la creación junto a la Universidad de Granada de una unidad de excelencia para unificar proyectos e investigaciones vinculados con el monumento. Esta iniciativa pretende situar a la fortaleza nazarí en la vanguardia de los proyectos de investigación, incluso en el ámbito internacional, aprovechando las sinergias positivas de la alianza con la institución universitaria. Entre los años 2015 y 2018, desde la Alhambra se han invertido más de medio millón de euros en diferentes iniciativas realizadas en colaboración con la Universidad, con propuestas que han contribuido a profundizar en el conocimiento del conjunto monumental palatino, al tiempo que han servido para concienciar a la opinión pública sobre la salvaguarda y la protección necesarias de este valioso legado arquitectónico y cultural. Entre ellas destacan importantes investigaciones desarrolladas analíticamente, sobre estudios de materiales o llevadas a cabo en el marco de un Plan de Arqueología.

Esta última e interesante iniciativa se suma a los varios convenios y acuerdos de colaboración que sustentan la relación entre la Alhambra y la Universidad y que pretende acercar el monumento a los estudios disciplinares y a la formación de los futuros profesionales. Ello posibilita generar vías de trabajo y de producción conjunta con respecto al conocimiento y la investigación en el conjunto cultural y, además, ofrece una oportunidad para que muchos estudiantes puedan realizar sus prácticas profesionales en este contexto en el que la gestión cultural, la restauración, la creación artística o la educación, constituyen beneficiosos ámbitos de innovación, tanto para el monumento como para la sociedad local en la que se ubica, en los se trabaja, además, de una manera coordinada, generando nuevas formas de entender la conservación y la divulgación del Patrimonio.

En el valioso conjunto histórico-artístico de la ciudad de Xàtiva, el segundo más extenso de las tierras valencianas, con su formidable y emblemático Castillo, se echa en falta una decidida colaboración de las universidades valencianas -cuando en la fundación de la más antigua de ellas fue clave la figura del papa Borja setabense Alejandro VI-, similar a la que tan buen resultado está produciendo en la Alhambra la de la Universidad de Granada.

En el año 2002 la Universidad de Valencia y el Ayuntamiento de Xàtiva firmaron un programa de colaboración, dotado con 200.000 euros, para un periodo de tres años, que perseguía analizar la historia de la ciudad a través de tres actuaciones: la realización de un proyecto de carácter general sobre la historia de Xàtiva; la confección de un atlas histórico y, por último, la realización de dos exposiciones. De aquella Historia de Xàtiva tan sólo se llegó a publicar el volumen introductorio de los siete que constaba el proyecto. En los años 2016 y 2017 el Ayuntamiento de Xàtiva firmó sendos convenios con la Universitat Politècnica de València y con la Universidad de Alicante para la promoción y desarrollo de la vocación y el espíritu empresarial, la dinamización del tejido comercial y de servicios y el intercambio cultural y científico, con la universidad valenciana, y para establecer vías para la realización en común de actividades de divulgación, de formación y de investigación que redundaran en beneficio de ambas partes, en el caso del convenio con la universidad alicantina. Ninguno de los instrumentos jurídicos conllevaba obligaciones económicas para las partes firmantes.

Por ello, pasado el tiempo, y cuando se ven modelos de éxito en otras ciudades monumentales, se agudiza esta carencia de una colaboración efectiva y de futuro de la Universidad en todos sus ámbitos de investigación, formación, innovación y empleo cualificado con el importante legado histórico, monumental y cultural de Xàtiva. Una colaboración en la que podían haberse integrado propuestas que hubieran contribuido a avanzar con garantías el retrasado Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico-Artístico, la realización de sondeos y prospecciones arqueológicas con tecnología avanzada de georadar en espacios como el solar de la antigua catedral visigoda, o de proyectos de restauración de patrimonio hidráulico, de caracterización de patrimonio sonoro o bioclimático, creación de redes de gestión de profesionales del Patrimonio o trabajos de recuperación de la memoria audiovisual, entre otros.