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Análisis

Paisaje tras la gota fría un mes después

Las localidades dan las vías y comunicaciones por recuperadas, pero la normalidad previa tardará "mucho más tiempo" en volver

El tren de media distancia, ya restablecido tras los cortes, a su paso por la Costera. perales iborra

Ha pasado un poco más de un mes desde que la gota fría, o Dana (Depresión Aislada en Niveles Altos) en su nomenclatura meteorológica, barriese la comarca en el peor episodio de lluvias en mucho tiempo. Treinta y cinco días en los que las distintas localidades afectadas, con pérdidas acumuladas de millones de euros, han tratado de sobreponerse a las consecuencias del temporal. Todos coinciden en que la funcionalidad ya está prácticamente recuperada. Pero el paisaje ha cambiado. Recuperar la normalidad previa llevará algo más de tiempo. Y en el proceso, ya ha llegado el aviso de una nueva DANA la semana que viene, y las advertencias de que con el cambio climático estos episodios serán cada vez más frecuentes. Que el cielo vuelva a caer sobre sus cabezas es una posibilidad que sobrevuela los pensamientos de sus vecinos.

Tras el fin del temporal, recuperar los servicios más básicos se convirtió en prioridad. Más allá de daños aislados en infraestructuras vitales „como una tubería de agua potable dañada en Vallada, que se pudo recuperar en 24 horas„, los efectos del temporal se notaron sobre todo en carreteras, caminos y puentes, barridos al paso del agua. En ellos se centró el trabajo inmediatamente posterior a la gota fría, para recuperar su funcionamiento en casi en todos los casos con soluciones temporales que permitan salir al paso a la espera de los planes de rehabilitación definitivos, que dependen de las ayudas de la Generalitat. Con todo, en este punto, un mes después de la gota fría, los alcaldes de los municipios de la comarca señalan que las comunicaciones ya vuelven a funcionar.

En Moixent, donde la fuerza del agua que bajaba por el cauce del río se llevó por delante la mayoría de los pasos, se han establecido cuatro pasarelas, de manera provisional. Según valoraba el alcalde del municipio, Guillermo Jorques, el ritmo de trabajo en estas pasarelas y en los caminos del término ha sido «muy bueno», y ya están «casi todos recuperados». La carretera del Bosquet, con un tramo con el asfalto dañado, ya está habilitada. Más allá de los caminos del término, «el cauce del río fue la zona que más daños sufrió», señala Jorques, «aunque, dentro de lo que cabe, es lo menos urgente de reparar. Había dos paseos a los dos lados del río que han volado. Recuperar toda esa infraestructura costará tiempo y mucho dinero», vaticina el alcalde.

En términos económicos, la localidad más afectada de la zona fue la Font de la Figuera, con daños cifrados en 5,5 millones de euros. «Tenemos 84,5 kilómetros cuadrados de término, y alrededor de 150 de caminos. Imagina la situación en que han quedado. Dentro del casco urbano hubo destrozos, pero no tan graves en comparación con lo que ves cuando sales al campo», explica Vicent Muñoz, primer edil de la localidad. Tragsa, la empresa pública de desarrollo rural que se encarga de la reparación de desperfectos en la comarca, está «llenando todos los agujeros que había» en los caminos, cuenta Muñoz, y de forma rápida. «No obstante, cuando sales siempre te encuentras nuevos desperfectos. Esta semana hemos visto que hay muchos barrancos con afectaciones en la zona de la A-35, que deberemos estudiar cómo se resuelven», añadía el alcalde de la Font.

Los efectos no solo se notaron en la Costera. En Aielo de Malferit, las consecuencias económicas sobre la localidad se cifran en 900.000 euros, más otros 150.000 para la comunidad de regantes. Allí, la riada provocada por la gota fría destrozó el lecho y las acequias. Las brigadas de Divalterra realizaron una primera limpieza y ya se han abierto pequeños pasos para la circulación de vehículos. No obstante, la pérdida más grave fue de carácter más simbólico: el puente del siglo XVI que unía el casco antiguo de la localidad con los caminos al otro lado del cauce. La foto es desoladora: tan solo quedan las pilastras, después de que el agua se llevase la parte superior de la construcción unos veinte metros río abajo. «Nuestra intención es recuperarlo. Es un Bien de Relevancia Local, así que estamos en contacto con Patrimonio para ver qué hacer», señalaba al respecto Juan Rafael Espí, alcalde de Aielo de Malferit. Será más adelante, al igual que las actuaciones menos urgentes del resto de localidades. El territorio tardará en recuperarse.

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