Cualquier agresión al patrimonio histórico es un acto reprobable y un delito. Pero este parece especialmente lesivo. La muralla de Llevant de Xàtiva, originaria del siglo XII pero con sucesivas restauraciones, la última en 2011; apareció el miércoles con un grafiti de grandes dimensiones sobre ella. No es la primera vez que algún desaprensivo aprovecha lo alejado de algunos de los elementos constructivos de la fortificación para dejar su lamentable huella. Pero hasta ahora habían sido pintadas de menor intensidad. La de ahora bate marcas por su extensión y acabado; está divida en dos, a ambos lados de la célebre abertura de la muralla tantas veces fotografiada. El concejal de Conservación del Medio Urbano, Ricardo Martínez, interpuso ayer una denuncia ante la Policía Nacional para poder esclarecer la autoría de la pintada y que recaiga sobre el responsable de esta acción «todo el peso de la ley», dijo.

Precisamente, en su denuncia Martínez hace constar que la pintada está claramente firmada y que también tiene algo parecido a una dedicatoria a una persona a la que se dirige por su nombre. Es evidente que podría tratarse de una pista falsa. En todo caso, al tratarse de un grafiti tan elaborado y de un estilo tan definido, el consistorio piensa que puede ser más factible el poder averiguar la autoría. Además, el grado de vanagloria de algunos de estos llamados artistas urbanos hace que muestren de manera evidente su autoría. Aunque se trate de una superficie, como en este caso, cuya utilización puede acarrearles consecuencias penales.

Las agresiones al patrimonio histórico están perseguidas penalmente. Según el artículo 323, los daños deliberados contra «bienes de valor histórico-artístico» están castigados con penas de prisión que van «de los seis meses a los tres años», según el Código Penal. También pueden comportar importantes sanciones económicas para así ayudar al restañar el daño.

Ricardo Martínez y la concejal de Cultura de Xàtiva, Raquel Caballero, acudieron ayer por la tarde a la muralla para inspeccionar más detalladamente los daños. La regidora manifestó a Levante-EMV que «pintadas, desgraciadamente, ya hemos sufrido muchas. Y en estas mismas murallas, varias veces. Pero esta no es una de esas de te quiero o un corazoncito... Es enorme, y está muy elaborada», explica. La edil añade que «precisamente» esos detalles en el acabado «pueden facilitar» la localización del autor o autores. Caballero recalca que «en el mundo de los grafiteros seguro que saben quién es» y agregó que una pintada «de ese nivel contiene muchas pistas para poder dar con él, esperemos», concluye.

La concejal mostró su pesar por este tipo de acciones. Hace solo un mes, el pasado 9 de enero, el Ayuntamiento de Xàtiva dio por terminadas las labores de eliminación de varias pintadas sobre dos tramos de esta misma muralla. El coste de intervenciones de este tipo, a cargo de especialistas en patrimonio, ronda los 5.000 euros. «Estas pintadas, y menos una de esta envergadura „aclara la regidora„ no se quitan así como así. Hay que actuar con mucha cautela para no dañar aún más la piedra con el producto químico con el que se elimina la pintura. Es, en definitiva, un gasto muy grande y un riesgo más para la muralla», afirmó ayer.

«Es un acto muy grave»

El regidor Martínez, por su parte, abundó en las características de la pintada. «Esto no lo pinta cualquiera, y tal vez eso ayude a que la policía les localice», dijo. El concejal calificó de «muy grave» esta acción; recordó «las consecuencias penales» que conlleva. Y dijo que «a esta gente le gusta tanto dejar claro su estilo, que a lo mejor por ahí les cogemos», vaticina. Martínez dijo que vista de cerca la pintada «es enorme, grandísima» y tiene «una cantidad de pintura increíble; está hecha con ganas». El concejal señaló finalmente que «es muy lamentable» que alguien actúe con semejante desconsideración.