El Ayuntamiento de l’Olleria ha aprobado el presupuesto para este 2020, unas cuentas que ascienden a 5.984.209 euros, aunque no incluyen las ayudas que el consistorio recibirá de la Generalitat Valenciana y la Diputació de València, «al no existir, en el momento de la aprobación, un compromiso firme que acredite la concesión de estas ayudas», afirman desde el ejecutivo del PP. Los fondos de la Diputació de València sí que están concedidos, algunas ayudas han sido incluso publicadas en los boletines oficiales, pero el gobierno de Ramón Vidal no las ha incorporado.

El presupuesto —aprobado cuatro meses después de iniciarse el año— sale adelante con los únicos votos a favor del gobierno del PP, y el alcalde destaca «la contención del gasto corriente y de personal», al reducir el capítulo de personal en 125.000 euros, por la amortización de 27 plazas de la plantilla municipal, 22 funcionarios y 5 laborables, detallan.

El alcalde de l’Olleria afirma que los presupuestos de este año —marcado por la crisis sanitaria de la covid-19— «están basados en la realidad económica, en la austeridad, el control del gasto público y la búsqueda de la eficiencia y la eficacia en la gestión municipal con el compromiso de estabilidad presupuestaria, sostenibilidad financiera y el límite de gasto». Ramón Vidal añade que con la aprobación de las cuentas «hemos intentado cumplir las necesidades que demanda la población y que, además, sirva para que el ayuntamiento cumpla con sus obligaciones, sea solvente, pueda reducir la deuda y trabajar por y para las personas».

Vidal también asegura que las cuentas permitirán «hacer realidad diversos proyectos», aunque no concreta ni detalla esos proyectos para el municipio. Esta falta de concreción ha motivado las principales críticas de la oposición. Compromís censura que el presupuesto «no incluye ninguna medida de acción extraordinaria, no se sabe hacia donde va la acción municipal. Esperábamos más concreción, pero el presupuesto no aporta ninguna novedad, únicamente se dedica a mantener los servicios que ya se prestan», denuncia el portavoz valencianista, Julià Engo.

El líder del principal partido de la oposición reprueba que el alcalde «se pasó los últimos dos años de la pasada legislatura [gobernada por Compromís] criticando que el ayuntamiento no tuviera un presupuesto actualizado» —los presupuestos estuvieron prorrogados—, y «esperábamos que con su llegada al gobierno el presupuesto se presentara en tiempo y forma, pero han tardado un año», lamenta Engo, que destaca que Vidal cuenta con «mayoría absoluta, superávit, se ha reducido la deuda un 75 % y unas cuentas saneadas, con dos millones en la caja municipal». El líder de Compromís también crítica que los presupuestos no incorporen las ayudas de la Generalitat y la Diputació, pese a que «hay ayudas y planes provinciales que ya hace tiempo que están concedidos, incluso el fondo de cooperación de la Diputació ha sido publicado». «L’Olleria cuenta ya con un millón de ayudas concedidas que no están incluidas en el presupuesto, por lo que están escondiendo las inversiones. O bien porque no saben en qué invertir el dinero, o bien porque sí lo saben, pero no quieren decirlo», afirma Engo, que denuncia que el gobierno del PP de Ramón Vidal, «no sabe hacia donde dirigir l’Olleria, falta un proyecto de ciudad y se ha perdido un año. Al alcalde el traje le viene grande, está ausente y eso que tiene dedicación exclusiva», añade.

Sobre la reducción de la plantilla y del gasto en personal, Julià Engo afirma que las plazas amortizadas «son plazas que estaban vacantes, de funcionarios que se han ido jubilando en los últimos años». Asegura, en contra del que ha manifestado Vidal, que no se ha reducido la plantilla sino que «ha aumentado, ya que el alcalde ha creado una plaza laboral de técnico de comunicación, una plaza que antes era eventual o era una empresa la que se encargaba de la comunicación municipal, y ahora el alcalde, sin realizar ningún proceso de selección, ha colocado a dedo a una persona de su confianza».

Engo expone que Compromís presentó el 6 de abril un documento con propuestas económicas y sociales para hacer frente a las consecuencias de la crisis sanitaria «y han tardado veinte días en contestar». Una «falta de acción» del gobierno del PP que para Engo se materializa en unos presupuestos para 2020 «totalmente desfasados y que no contemplan ninguna línea de inversiones ni medidas específicas para hacer frente a la crisis económica propiciada por la covid-19», concluyen.