Lo peor de la tempestad de la pandemia ya ha pasado, pero el coronavirus sigue ahí. Así lo dejan ver los avisos, restricciones a actividades, las mascarillas que continúan viéndose por la calle. También otros signos mucho más amables. Y es que no paran de surgir iniciativas solidarias por parte de ciudadanos de a pie que buscan aportar su granito de arena a la lucha contra el virus. La última de estas iniciativas tendrá su destino en Enguera. La plataforma Bárba-ros, un grupo solidario fundado recientemente que convierte retos deportivos en aportes económicos destinados a asociaciones benéficas de todo tipo, realizará a finales de julio la que será su segunda aventura: una carrera de una semana y 420 kilómetros, los que separan la Puerta del Sol de Madrid y la capital de la comarca de la Canal de Navarrés. El equivalente a diez maratones que Juan Antonio García López, o Julen como le conocen en Enguera, y su amigo José Francisco Almendros, de Carcaixent, recorrerán en siete días, durante la última semana de julio, con el objetivo de recaudar fondos que donarán al Centro Superior de Investigaciones Científicas para colaborar en la búsqueda de la vacuna de la Covid-19.

Estrenos pendientes

La aventura empezará en la madrugada del 25 de julio. Sobre las cinco de la mañana, José Francisco y Julen saldrán de la Puerta del Sol y recorrerán los 56 kilómetros que separan la capital de Carabaña. De allí partirán al día siguiente hasta Tarancón, ya en Castilla la Mancha; luego hacia Villar de Cañas, y a continuación Alarcón y Casas Ibáñez. El último día dormirán en Ayora, ya en tierras valencianas y desde allí llegarán por el interior hasta Enguera. «La idea es salir siempre de madrugada, para intentar correr durante las horas de menos calor. Llegar a mediodía, comer algo, descansar toda la tarde y acostarse pronto para salir al día siguiente», comentó García sobre la que será su rutina en la última semana de julio.

En jornadas de entre seis y ocho horas y unos sesenta kilómetros de media, recorrerán vías verdes, pistas forestales y carreteras nacionales por las provincias de Madrid, Cuenca, Albacete y València. «Iremos sobre la marcha. En la mochila llevaremos la ropa de correr y la de descanso, así como las dos primeras comidas. A partir de ahí, si se puede parar en algún bar, perfecto. Si no, echaremos mano de barras energéticas y suplementos de este tipo, la nutrición típica de las carreras de larga distancia», detalló José Antonio.

Tanto él como José Francisco son habituales corredores de los conocidos como trails de larga distancia, carreras de montaña que pueden llegar a varias de decenas o incluso centenares de kilómetros, y alargarse hasta las dieciséis o dieciocho horas. No se puede decir que sean novatos en este tipo de gigantescos esfuerzos físicos. «Pero ha sido especialmente complicado entrenarse para este reto, por el confinamiento. No nos hemos preparado tan bien como se debería», apuntó Almendros. Ejercicios de fuerza en casa, elíptica... Y a partir de la fase 2 del desconfinamiento, cinco entrenos semanales. Con todo, esperan llegar el día 31 de julio a Enguera con las piernas cargadas pero la satisfacción de haber completado el reto y de haber repetido el éxito del año pasado.