El presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcas, Miguel Polo, detalló el pasado viernes a una representación de alcaldes de la Vall d’Albaida una serie de actuaciones previstas en el embalse de Bellús en el marco del Plan Hidrológico de la Demarcación hasta el año 2027. En conjunto, buscarán subsanar las deficiencias del pantano, largamente denunciadas por los municipios de la zona, mejorar la gestión de la infraestructura y optimizar la calidad de sus aguas y las del río Albaida.

Así, en los próximos meses se iniciarán las obras de una torre de multitoma en el embalse que permitirá derivar agua de diferentes estratos para mejorar su calidad global, una actuación que estará terminada en 2022. Para finales de ese año también se pondrá en práctica la intensificación del control sobre los vertidos en la cuenca del embalse y se instalará una sonda multiparamétrica en la presa, para la monitorización de la calidad de las aguas en tiempo real. También se realizará una prueba piloto de biorremedación sobre los sedimentos del embalse. Por otro lado, en el río Albaida se llevará a cabo un proyecto de restauración fluvial para eliminar las cañas y repoblar el lecho con especies autóctonas.

En colaboración con ADIF, por otro lado, se aplicarán medidas de prevención frente a avenidas que puedan dañar el terraplén de la vía Xàtiva-Alcoi, por un lado, y actuaciones para la concreción de la modificación de la línea a su paso por los barrancos de Torrella y Forcall.