Los intereses contrapuestos que confluyen en el Riu Sants han sido una tradicional fuente de conflictos. Por un lado, la explotación de este histórico canal de riego continúa siendo indispensable para nutrir a los campos de cultivos de la Costera. Por otro, el atractivo medioambiental y paisajístico del trazado que nace en l’Alcúdia de Crespins y cruza el núcleo urbano de Canals se ve notablemente mermado por el bajo caudal y las deficientes condiciones durante parte de su recorrido.
Las comunidades de regantes que beben del río han iniciado en las últimas semanas una serie de negociaciones con los ayuntamientos de ambos municipios y con la administración autonómica con la intención de intentar reactivar una serie de obras de modernización que quedaron pendientes hace años para mejorar el nivel de recursos de los que pueden disponer en sus balsas y acequias en unas condiciones más aceptables para mantener la rentabilidad de sus actividades.
De momento no se ha presentado ningún proyecto y únicamente se han producido conversaciones a pequeña escala, pero diversas fuentes consultadas por este diario apuntan a que entre las propuestas planteadas por los regantes figuraría la posibilidad de entubar parte del río, junto a la puesta en marcha de un motor para garantizar un caudal ecológico todo el año.
Desde la comunidad de la acequia de Ranes, que junto a la de La Vila de Xàtiva son las que más peso y derechos de explotación tienen sobre el agua que atraviesa l’Alcúdia de Crespins y Canals, subrayan que por ahora únicamente se han producido negociaciones, pero no hay ninguna actuación decidida.
Costes disparados
La subida del recibo de la luz ha disparado aún más los costes que han de asumir los regantes y ha hecho más demandada si cabe una actuación con la que se quiere optimizar al máximo la cantidad de agua utilizada en los cultivos. La propuesta lleva mucho tiempo encima de la mesa de la administración y ha ido variando a lo largo del tiempo, pero la importante financiación pública de la que precisaría es uno de los inconvenientes a los que se enfrenta. Otro es la dificultad para conciliar el visto bueno de todas las partes implicadas, ante los recelos por los posibles impactos o alteraciones del río.
El alcalde de l’Alcúdia de Crespins, Roberto Granero, señala que los técnicos del consistorio han de valorar primero el planteamiento que exponen los regantes, pero pone una condición inexcusable para validar cualquier proyecto: que se garantice un caudal continuo en el río durante todo el año. Aunque se trata de un «reto complejo» y costoso, Granero cree que se dan las condiciones favorables y es optimista sobre la posibilidad de que durante esta legislatura pueda llegarse a un punto de encuentro con las acequias para comenzar a mejorar el Sants. «Estamos en el buen camino. Tenemos que ir unidos con un mismo proyecto los dos ayuntamiento y los regantes para llegar al máximo consenso y satisfacer las pretensiones de todos». El alcalde ve imprescindible que la Generalitat apoye económicamente las inversiones necesarias y que la Confederación Hidrográfica del Júcar coopere con los permisos. «Un río sin agua no es un río», apostilla.
Por su parte, el concejal de Medio Ambiente, Jordi Caparrós, expresa cautela hasta conocer con detalle el proyecto, aunque llama también a hacer «un frente común».
