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La aceituna y la uva copan el 51% de las hectáreas de cultivos ecológicos

Cereales, cítricos, frutos secos y hortalizas también están presentes en los campos de la Costera, la Vall d’Albaida y la Canal de Navarrés

Dos personas recolectan los frutos de un olivar emplazado en Llanera de Ranes. | PERALES IBORRA

Son cultivos que en los últimos tiempos han registrado una evolución al alza. Cada vez son más los ciudadanos que apuestan por su adquisición, ya sea en comercios especializados o en grandes superficies, que con el tiempo han visto un nuevo nicho de mercado. La agricultura ecológica ha llegado para quedarse, siguiendo prácticas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.

Las comarcas de la Costera, la Vall d’Albaida y la Canal de Navarrés albergan a un total de 335 operadores presentes en este mercado, según los datos aportados por los expertos del Comité de Agricultura Ecológica de la Comunitat Valenciana (Caecv). Los productores locales cultivan un total de 3.665 hectáreas. Más de la mitad de esa tierra de labranza —1.888 hectáreas, el 51 % en concreto— se destinan a la producción de aceituna y uva ecológica. El olivar ocupa un total de 1.147 hectáreas, por 740 ha la uva.

Estos dos últimos son los principales cultivos, pero los cereales (594 hectáreas), los cítricos (500 ha), los frutos (215 ha) y las hortalizas (44) también deben ser tenidas en cuenta. Desde Caecv confirmaron que la presencia de este tipo de prácticas ha crecido de forma sostenible en los últimos tiempos. A falta de cerrar los últimos datos de 2021, las proyección hablan de un aumento del 20 %, tanto en el número de productores como en el de hectáreas destinadas a la agricultura ecológica.

Por comarcas, la Vall d’Albaida es la que registra mayores registros. Así, concentra casi el mismo número de operadores que las otras dos: 162. Dicho número se reparte entre 29 empresas, 131 agricultores, un viverista y un importador. El tipo de cultivo con mayor presencia en el mapa de la agricultura sostenible de la Vall es la uva, con 516 hectáreas, seguido del olivar con 470 ha. La fruta ecológica ocupa 311 hectáreas y los cereales se cultivan en 287 ha. Los frutos secos tratados sin productos químicos se recolectan en 215 hectáreas, los cítricos ecológicos ocupan 56 hectáreas y las hortalizas 33 hectáreas.

134 hectáreas de cítricos

La Costera es la comarca con mayor volumen de superficie certificada de cítricos ecológicos, con 134 hectáreas en total. Cuenta con 79 operadores, entre los que se encuentran trece empresas, 64 agricultores, un ganadero y un viverista. Los olivares sostenibles ocupan en este caso una superficie de 268 hectáreas, por 187 ha los frutos secos, 171 la uva ecológica y 182 las variedades frutales. Ya en mucha menor proporción, los cereales se trabajan en 7 hectáreas certificadas y las hortalizas son —con tres ha— la variedad con menor presencia.

Por último, la Canal de Navarrés cuenta con un total de 94 operadores ecológicos. Como en los otros dos casos la mayoría son agricultores (83), además de 9 empresas, un ganadero, un viverista y un importador. Este tipo de cultivos está protagonizado en la mayoría de casos por pequeños productores muy especializados.

La variedad de cultivo más presente entre los operadores sostenibles de la Canal es el olivar (365 hectáreas), seguido por los cereales (300), uva (53 ha), frutos secos (37 ha), hortalizas (7 ha), frutales (6 ha) y cítricos (5 ha).

Desde el comité de agricultura ecológica destacan que este tipo de cultivos sostenibles está ayudando a que el campo valenciano registre una mayor rentabilidad, lo que ayuda a impulsar el relevo generacional gracias a la entrada de labradores jóvenes.

Salud y consumo de proximidad, factores clave

La influencia de la pandemia se ve reflejada en los factores que marcan nuestro día a día. Así, desde el Comité de Agricultura Ecológica apuntan a la salud y al consumo de proximidad como dos de los principales ejes que habilitan el aumento del consumo de este tipo de cultivos. En el primer caso hablan de la importancia de tener en cuenta el origen —y la forma en la que han llegado al supermercado— de los productos que incluimos en nuestra dieta. Estos nuevos mandamientos aumentan el consumo de productores locales, entre los que destacan los labradores ecológicos.

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