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DIMARTS MERCAT

Se nos coló una teta

Se nos coló una teta

Se nos coló la teta y se armó el belén. Ganó la chica de las caderas de goma con su canción para Eurovisión y este país puso el grito en el cielo, y los cuatro capullitos de turno se encargaron de crear la polémica del año y de paso se nos olvida el emérito, la carne de las macro granjas, la generosa subida de las pensiones, la bajada del paro, la reforma laboral y hasta si me apuran el Consejo General del Poder Judicial, ahí es nada. Y todo por una teta imaginada que se mueve al ritmo de una canción pegadiza y reivindicativa, como si ahora reivindicar una teta, en pleno siglo XXI, fuese de modernos y avanzados, cuando el topless es una acción tan repetida y vista que no hacerlo si que debería ser un castigo, dicen algunos, pero lo que está claro es que dibujar un pezón chorreando leche supondrá una censura en las redes sociales y no estamos para ir perdiendo seguidores (que le pregunten a Almodóvar y su cartel de «Madres Paralelas» censurado en Instagram). En nuestra propia carne estamos sufriendo la censura online cuando tenemos que pixelar el pezón de nuestra protagonista de la ópera «Isabella» si queremos que siga colgada en las redes.

Se nos coló la teta y despertó la libido, perdón, el interés por un festival que despierta con rugidos de león cuando hace minutos dormía como un corderito. Levanta pasiones con Conchita y muere de aburrimiento con el temazo aburrido de Malta e Israel.

La chica de la teta que ha puesto de moda la miniatura de la ubre, no sabe el enorme favor que está haciendo a las tiendas de chinos que ya venden la tetita para que vayas apretando y soltando y así relajarte con la sensación y la imaginación.

La teta fue la favorita de un festival viciado nada más nacer. Comenzando por los presentadores en plató que deberían plantearse una jubilación inmediata. El exminisro Màxim Huerta, que igual te sale en À Punt que en Benidorm, y Alaska, de profesión medrar para ver quien le regala una presentación o la buscan para que hable de la movida y de un tiempo pasado que ya no sabemos si fue mejor.

Pero el meollo estuvo en los votos que tienen más trampa que el CIS de Tezanos. O sea, o te lo crees o no te lo crees que 40.000 votos equivalen a 13 puntos. ¿Quién es el guapo que ha marcado el porcentaje? ¿Cómo es posible que prevalezcan los votos de 5 personas de un jurado sobre los miles de miles de votos telefónicos que además cuestan a dos euros la llamadita de marras?.

¿Quiere usted decir que en estos tiempos puede ser protagonista la palabra tongo?. De peores hemos visto, como vemos que la Unión Europea felicita a Sánchez y company por el excelente reparto de los fondos europeos que es dinamita pura para el principal partido de la oposición.

Utilizar la teta como moneda de cambio para un resultado digamos polémico no deja de ser una situación anómala. Para quienes comparan y opinan que la teta es sinónimo de feminismo y libertad, se van a encontrar con la respuesta contundente de quienes dicen que era la excusa perfecta para conseguir un puñado de votos, la teta de la protagonista y la reivindicación de las gallegas por encima de las caderas de la española con origen cubano que le están dando por todas partes a la pobre chica, y que está cargando con el sanbenito de la mala educación, los insultos y las amenazas.

Feminismo es mucho más que una teta. Es libertad, igualdad, comprensión, esperanza, futuro, empatía y derechos, por citar solo unos cuantos, y elevarlo a la importancia de una teta, una simple teta que forma parte de un cuerpo, que se mueve y que despierta interrogantes, no deja de ser una pobre excusa que a mi entender está equivocada. Opinemos de la calidad de las canciones, de lo que se pretende con este festival que no sean los intereses de las compañías discográficas, de los sentimientos de quienes se han dejado la piel pensando que pueden ser los elegidos, y olvidemos la importancia de la teta que no lleva a ninguna parte sino a crear un sentimiento de odio e insultos bajo el paraguas del anonimato y la cobardía.

Feminismo es mucho más que una teta o incluso dos. Feminismo es lucha y revolución a la que todavía le queda mucho camino por recorrer para ser real.

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