Hispania Nostra ha incluido hoy a la ermita de Sant Antoni de Xàtiva en la lista roja de patrimonio. El edificio pasó a manos del ayuntamiento en febrero de 2019, tras años sin intervenciones por parte de la parroquia de Sant Pere que han causado su estado de ruina actual. El consistorio setabense encargó por cerca de 15.000 euros hace dos años unos trabajos de urgencia para apuntalar los restos que aún permanecen. La situación no ha mejorado desde entonces y la asociación Hispania Nostra ha decidido incluir al enclave en un listado publicado desde 2017 en le que se recogen "aquellos elementos del Patrimonio Histórico español que se encuentren sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores".
Así, en la ficha publicada hoy apuntan que la ermita "se encuentra abandonada y en ruinas". También alertan sobre la presencia de "un número importante de lesiones como grietas y fisuras, humedad por capilaridad, lavados en el paramento, desconchados y desprendimientos, ennegrecimiento, presencia abundante de vegetación, ataque biótico y biológico (moho, xilófagos, etc.), tapiado de huecos, elementos impropios y grafitis y pintadas delictivas".
El listado se publica desde 2017 y recoge elementos patrimoniales en riesgo de desaparición
Sobre las razones de su entrada en la lista roja, exponen que "el ayuntamiento considera inviable su restauración y considera como única actuación posible la construcción de un nuevo edificio, con lo que este desaparecería definitivamente. Hasta ahora solo se ha procedido a ejecutar las obligatorias obras precautorias para evitar su derrumbe completo, sin embargo las administraciones públicas deberían velar por la integridad del patrimonio cultural catalogado e inventariado".
Sin reconstrucción a medio-corto plazo
Fuentes del consistorio setabense han reconocido a Levante-EMV que no hay prevista una reconstrucción de la ermita de Sant Antoni a medio-corto plazo. Recuerdan que la Iglesia cedió el emplazamiento "cuando se le requirió para que actuara en el vallado del edificio, con el objetivo consolidar la estructura para evitar derrumbes y peligro para la ciudadanía". "La Iglesia tomó entonces la decisión de ceder las ruinas al ayuntamiento, coincidiendo con la cesión de la ermita del Puig", prosiguen. Sobre esta última sí se han realizado mejoras. "Lo que se requiere es una reconstrucción completa de un edificio del cual sólo se conservan ruinas, arcos fajones en muy mal estado y parte de un muro. Ojalá se pudiera llegar a todo, pero lamentablemente, la conservación del patrimonio de esta ciudad tiene otras prioridades y actuaciones mucho más urgentes que abordar.
Desde el ayuntamiento apuntan que la Iglesia cedió su titularidad hace dos años cuando se le requirió que realizara mejoras.
Edificada en el siglo XVII
La ermita de Sant Antoni de Xàtiva -o lo que queda de ella- se puede definir como un pequeño edificio religioso de estructura simple, que consta de una sola nave dividida en tres tramos y un ábside. Fue edificada en el siglo XVII, a expensas del setabense Lorenzo Bru, deán de la catedral de Orihuela. Hasta el siglo XVIII su estado era muy bueno, pero los terremotos de 1748 obligaron a renovarla posteriormente debido a los daños sufridos. En el siglo XVIII, gracias a presencia de la ermita, se formó un paseo hasta la zona del que todavía quedan restos de algunos de los bancos de piedra. Dicho camino comenzaba en la histórica puerta de Cocentaina -cuya base afloró en unas recientes obras- y discurría hasta la ermita, aprovechando el antiguo camino sobre la conducción del agua de Bellús.
