La Agencia Antifraude ha requerido al Ayuntamiento de Albaida el expediente del concurso-oposición promovido para convertir en funcionaria de carrera a la empleada que ejerce como secretaria de la alcaldía desde hace dos décadas, a raíz de una denuncia anónima que cuestiona el procedimiento y la naturaleza del puesto a cubrir. La convocatoria, que se hizo pública a comienzos de este mes, está orientada a regular el acceso a la función pública de la trabajadora que actualmente ocupa la plaza de técnica de protocolo, comunicación y promoción turística bajo la condición de personal laboral fijo.
La denuncia pone sobre todo el foco en la fase de oposición del proceso, que se circunscribe a la superación de un curso de formación específico con una duración de 90 horas lectivas. Sus calificación dependerá de un proceso de evaluación continua y de una prueba final de valoración de conocimientos, la cual estaría sujeta a la redacción de un proyecto de reglamento u ordenanza de protocolo adaptado a las circunstancias y particularidades del Ayuntamiento de Albaida.
La trabajadora que ocupa el puesto en vías de regularización defiende que accedió a la corporación municipal hace 22 años como personal laboral fijo a través de una oposición de libre concurrencia y, desde entonces, siempre ha ocupado la misma categoría con las mismas funciones, por lo que cumpliría los requisitos para dejar de ser interina y adquirir rango funcionarial. La secretaria de alcaldía puso su caso en manos de un abogado y consiguió que el consistorio le reconociera el citado derecho. De los más de 70 empleados que conforman el personal laboral del ayuntamiento, es la única a la que se le ha aceptado la petición de ser funcionaria aplicando los criterios definidos por el Gobierno Central, al entender que ella no accedió a dedo, sino tras superar un examen.
La denuncia en manos de Antifraude recuerda que en el consistorio de Albaida existe otro puesto de trabajo de carácter eventual de técnico de comunicación y mantiene que las tareas y funciones que desarrolla la empleada son más propias del personal de libre designación y no de un funcionario, a tiempo que cuestiona el gasto en personal destinado al departamento de alcaldía, invocando el volumen de deuda municipal que arrastra la administración local.
La encargada de protocolo, en cambio, recalca que su puesto nunca ha dependido del alcalde de turno, puesto que lleva trabajando varias legislaturas pese a los cambios de color político en el gobierno local. Aunque antes asumía la comunicación del consistorio, esta tarea recae ahora en un cargo de confianza designado por el alcalde. La secretaria se muestra tranquila con que Antifraude vigile el cumplimiento del procedimiento.
«No hay nada que esconder»
El primer edil, Josep Albert, defiende también la «absoluta transparencia» de una convocatoria sobre la que ofrece «luz y taquígrafos», después de que el ayuntamiento haya entregado toda la documentación solicitada por la Agencia. «No tenemos nada que esconder. Las bases se han llevado a la mesa general de negociación y los sindicatos están informados. La trabajadora solicitó la funcionarización de su plaza y cumple todos los requisitos que marca la ley», zanja el alcalde.
