Premian a Millares como ejemplo de lucha contra la despoblación

Piden una «discriminación positiva» a la Administración

J.V. Anaya, Á. Pérez, R. Pérez, S. Honrubia y D. Gras, los cinco alcaldes galardonados.  | PERALES IBORRA

J.V. Anaya, Á. Pérez, R. Pérez, S. Honrubia y D. Gras, los cinco alcaldes galardonados. | PERALES IBORRA / Amparo Soria. Ayora

Amparo Soria. Ayora

Hay que eliminar el miedo de lo que supone irse a vivir a un pueblo. También acabar con el pesimismo de que no hay trabajo y que son unos «paletos». Todo eso se acabó. Son solo algunas conclusiones que se extraen del encuentro celebrado ayer en la Casa de la Cultura de Ayora donde se entregaron los premios «Pueblos con Futuro» a Cofrentes, Cortes de Pallás, Millares, Zarra y Ayora, cinco municipios que han entrado a formar parte de la plataforma «Vente a vivir a un pueblo», junto a Iberdrola. Y todos tienen claras varias premisas: en los pueblos hay trabajo y calidad de vida. Es decir, hay futuro.

Todo eso es posible gracias a un esfuerzo municipal y de ahí nace la iniciativa de ser reconocidos. Ayer, los alcaldes de todos estos pueblos intercambiaron impresiones en un coloquio donde expusieron algunas medidas puestas en marcha para atraer a la población. Ricardo Pérez, primer edil de Millares, destacó los 100 euros mensuales que recibe cada familia por niño matriculado en el colegio para gastar en la localidad. En Cofrentes acaban de rehabilitar el restaurante de la piscina y ya está en periodo de licitación para quien quiera regentarlo, además de todas las inversiones que realiza el ayuntamiento gracias al ingreso de la Central Nuclear y que repercute en servicio gratis para los ciudadanos, como la electricidad. Aparte de eso, han doblado el horario de la guardería para reforzar la conciliación, como explicó el alcalde Salvador Honrubia.

Para el primer edil de Cortes de Pallás, David Gras, la pandemia ha sido un antes y un después: el turismo de interior se disparó y fruto de ello son la nueva cafetería, los dos restaurantes y una nueva tienda abiertos recientemente. «Todo eso para un núcleo de población de 800 habitantes», explicó Gras.

En este punto, el alcalde de Ayora, José Vicente Anaya, destacó que todos estos municipios apuestan por el turismo con inversiones públicas que lo promueven, «pero faltan empresas que lo exploten». «Debemos perder el miedo al emprendedurismo: la tradición dicta que se heredan los negocios, pero deberíamos atrevernos a abrirlos, no necesariamente una tecnológica, se puede mantener la agricultura con el agua que tenemos en este valle», explicó.

Esa visión optimista se confirma con lo que el alcalde de Zarra explicó durante su intervención. Desde que el lunes se adhirieron a la plataforma Vente a Vivir a un Pueblo, algo así como un Idealista de pueblos, el martes recibieron cuatro llamadas y el miércoles por la mañana, otras tres. «Siete familias interesadas en venir a vivir a Zarra, el pueblo más pequeño del Valle, una de ellas de Barcelona que escolarizarán a sus hijos en el colegio, lo que permitirá que lo mantengamos abierto», dijo el primer edil Raúl Martínez. Todo esto convive con precios más que asequibles de la vivienda, algo que contrasta con la ciudad.

Agilizar la burocracia

Sin embargo, las iniciativas en positivo no ocultan las reivindicaciones: los pueblos necesitan una administración sensible que practique una «discriminación positiva» hacia los ayuntamientos pequeños. No se puede legislar de la misma forma en una gran capital que en un pueblo de 500 habitantes, dondeno hay personal. Los ejemplos los puso Anaya: «Para rehabilitar una casa de pueblo en el centro de Ayora se tardan tres años en obtener permisos, o que la instalación de una planta fotovoltaica cueste cinco años».

Estos municipios, a favor de la instalación de estos parques, ven en esta inversión otra de las vías de futuro. En este coloquio intervino Sandra Marchirán, responsable territorial de Energías Renovables de Iberdrola, quien explicó que son una forma de luchar contra la despoblación creando «sinergias con la agricultura, con la ganadería y con el entorno natural».

María Isabel Murcia Campos, presidenta de la Sociedad Cooperativa Apícola de España advirtió de los problemas por los que este sector atraviesa a todos los niveles, tanto por las abejas, que están desarrollando problemas sanitarios por la ganadería extensiva, como por la Administración, «con unas trabas burocráticas brutales para realizar la trashumancia».

Casos de éxito

En ese coloquio también participaron dos casos de éxito: un restaurante y una peluquería. Quico Lázaro y Elisabet Navarro han montado Pinea, un restaurante de alto nivel en Ayora. «Se hablaba mucho del kilómetro cero y aquí nos hemos venido; el 50 % de nuestra materia prima viene del Valle, y aspiramos a llegar al 85 % con un huerto propio».

Mientras, Raúl Martínez trabajó como peluquero en València durante siete años hasta que se montó su propia peluqería en Zarra: «Todo han sido facilidades y la clientela viene de todo el valle», explica el peluquero. «He cambiado un piso de 50 metros cuadrados por una casa de 300 donde tengo mi casa y mi peluquería», zanja Alejandro.