Dos entidades animalistas denuncian ante la conselleria de Justicia la muerte de un toro tras despeñarse en el Bou de les Penyes

Exponen que el reglamento de festejos taurinos de la Comunitat Valenciana "establece que se respetará la integridad física de los animales" y piden que ordene la incoación de un expediente sancionador

Un toro salta a un barranco en Ontinyent

Levante-EMV

La muerte de un toro en el Bou de les Penyes acaecida el pasado 29 de abril en Ontinyent ha desatado una agria polémica que aún no cesa. La Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (Anpba) solicitó una investigación oficial y otras dos entidades animalistas -Anima Naturalis y CAS International- han presentado hoy ante la conselleria de Justicia, Interior y Administración Pública una instancia oficial en la que piden que "se ordene la incoación de un expediente sancionador por incumplimiento del decreto 31/2015, de 6 de marzo, del Consell, por el que se aprueba el reglamento de los bous al carrer contra los organizadores del evento". También defienden la imposición de de las sanciones pertinentes.

Así, las entidades apuntan que "las terribles imágenes de este toro ensogado, denominado Bou de les Penyes, han dado la vuelta al país". Y detallan lo ocurrido, explican que el incidente tuvo lugar "durante el cuarto astado de la jornada taurina del Bou de les Penyes. Concretamente el segundo toro de la tarde, de nombre Vicioso, un toro de 580 kilos, cogió una curva a gran velocidad cuando bajaba por el Camí Dels Carros, antes de llegar al Pont Vell. En vez de seguir el trayecto, el pobre animal saltó un muro de más de medio metro de altura, cayendo al lecho del río Clariano, lo que le provocó heridas muy graves. La caída fue de quince metros. Vicioso sufrió la rotura de las patas, por lo que los veterinarios decidieron poner fin a su vida".

Las dos entidades animalistas recuerdan que el reglamento de festejos taurinos de la Comunitat Valenciana "establece que se respetará la integridad física de los animales. El recorrido por el que el toro fue obligado a pasar no era seguro ni garantizaba dicha integridad física. No se tuvo en cuenta la peligrosidad del recorrido, no se instalaron vallas a tal efecto ni, en última instancia, se modificó dicho recorrido para evitar ese enorme riesgo de caída para el animal.  La muerte de Vicioso podía haberse evitado".

50 muertes al año

A su vez, desde Anima Naturalis también denuncian que "cerca de 50 toros mueren cada año en España por accidentes durante los festejos. A veces caen desplomados por agotamiento, golpe de calor o son sacrificados al sufrir lesiones graves. No existe un registro oficial a nivel estatal. Depende de la buena voluntad de transparencia de cada autonomía. Ahora mismo ninguna comunidad autónoma está detallando las cifras de toros y vacas muertas en sus festejos. Hasta 2019 lo hacía la Comunitat Valenciana. En los últimos cuatro años murieron 73 toros, vacas y vaquillas. Por alguna razón han dejado de informar".

FFW insta a la prohibición

Anpba, Animas Naturales y CAS International se han referido en los últimos días a la polémica desatada ante la muerte del astado. También lo ha hecho la Fundación Franz Weber (FFW), que la semana pasada instó al Ajuntament de Ontinyent "a no autorizar festejos de carácter taurino en espacios de titularidad o gestión municipal tras la terrible caída de un bóvido durante la realización del Bou de les penyes".

Los naturalistas recordaron que "el propio consistorio aparece como colaborador de esta lamentable iniciativa que somete a los animales a un sufrimiento físico y psíquico, percutiendo en prácticas totalmente reprobables, por lo que reclaman cortar cualquier relación económica y administrativa con los promotores.  Después de la caída el toro fue sacrificado, aunque su final era el mismo, ya que de acuerdo con la normativa sectorial taurina estos animales acaban de la misma manera, lo que evidencia una vez más la verdadera finalidad, servir de diversión para que personas acosen, golpeen o ridiculicen a los hervíboros".

Así, desde FFW reclamaron al Ajuntament de Ontinyent "la prohibición de cualquier tipo de evento relacionado con la tauromaquia, subrayando la posibilidad de tal acción como ya tomaron medidas en el pasado una treintena de gobiernos locales de la Comunitat Valenciana, entre ellos la capital, Valencia". 

"Además del evidente maltrato que se produce a los animales está la presencia de personas menores de edad como espectadores e incluso participantes, y el intento continuado del lobby taurino para que las administraciones locales se hagan cargo del coste de los seguros sanitarios y de responsabilidad civil, cargando sobre el erario público su afición a la crueldad. Precisamente el Comité de los Derechos del Niño instó a España a alejar a la infancia y la adolescencia de la violencia de la tauromaquia, tanto como personas espectadoras como hipotéticos participantes. La recomendación se realizó en 2018 y tanto el Gobierno central como el valenciano, también competente en la materia, han hecho caso omiso en todo este tiempo", apostillaron desde la entidad.

Todos los permisos

Tal y cómo público este diario, fuentes del Ayuntamiento de Ontinyent explicaron ayer que la entidad organizadora del evento «contaba con todos los permisos» de la Generalitat, que es la autoridad competente en la materia. A su vez, desde el consistorio confirmaron que «se siguieron todos los protocolos establecidos». A su vez, también confirmaron que el muro que saltó el animal ha quedado igual que estaba antes tras las últimas obras de rehabilitación: «Ese tramo no se ha cambiado. No hay ni una menor ni una mayor altura que antes».