Seis candidatos de la Costera, la Canal y la Vall no tienen rival en las urnas

Alcaldes imbatibles y aspirantes primerizos con apoyos tienen asegurada la victoria al medirse a rivales de fuera que no hacen campaña

El espacio correspondiente al PP en Rotglà libre de propaganda electoral, junto al del PSPV.

El espacio correspondiente al PP en Rotglà libre de propaganda electoral, junto al del PSPV. / Perales Iborra

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Para muchos candidatos que se juegan su futuro político de aquí a una semana, las elecciones son un examen casi a vida o muerte que exige muchas horas de sacrificio, una dedicación plena y alguna que otra noche en vela. Para otros, en cambio, la cita con las urnas es casi un trámite, una jornada tranquila que encaran sin demasiados desvelos, conscientes de que —salvo una catástrofe mayúscula— van a celebrar una victoria. 

Algo así le ocurre al alcalde de Rotglà i Corberà. El socialista Amador Climent enfila con comodidad el camino hacia su tercer mandato consecutivo con la tranquilidad que da no tener rival. El PP, la única formación que ha presentado una lista alternativa en este municipio de la Costera, no ha incluido en ella a nadie del pueblo. Todos son cuneros. El candidato popular a la alcaldía, Carlos Sanz, es un abogado que preside el PP de la Pobla Llarga. Los populares ni siquiera han colgado carteles electorales en Rotglà y han dejado todo el espacio al PSPV, que en 2019 conquistó una amplia mayoría absoluta, con 7 concejales por los 2 del PP, partido que entonces sí se presentó con candidatos del municipio. Climent fue hace cuatro años el alcalde más votado de la Costera, con un respaldo vecinal 77,8%. «Ni se han arrimado por el pueblo ni han preguntado por si hay papeletas. Da mucha tranquilidad», señala sobre sus adversarios el alcalde, que confía como mínimo en repetir su último resultado. Pese a todo, el PSPV ha planteado algún acto de campaña, con la presentación de la lista y un mitin. La principal medida de los socialistas en Rotglà consiste en crear una zona de ocio y deporte y un escenario para fiestas en el antiguo campo de fútbol, junto con un área de 1.500 m2 reservada para viviendas sociales. El proyecto está listo para comenzar cuando pasen los comicios. 

En Quesa, el PP también presenta una candidatura con personas foráneas encabezada por el vicedecano de estudiantes de la Facultat de Economia de la UV. Rafael Bas, que ha asumido el testigo de la alcaldesa Carina Primo al frente de la lista del PSOE, no conoce a su contrincante, ni tampoco los vecinos. «De momento no han pegado ni carteles», apunta Bas, que lleva 4 años como regidor del gobierno local y gestiona un bar-restaurante. Pese a la ausencia física de su adversario, el alcaldable explica que la campaña socialista está siendo «como siempre», con un acto de presentación de la candidatura, un mitin y una ronda por todas las casas para entregar el programa y explicar sus propuestas. Su principal preocupación son las restricciones normativas que, asegura Bas, están dificultando mucho el desarrollo de un municipio en riesgo de despoblación, frenando iniciativas turísticas y rurales. Entre sus propuestas: un aula de retiro para la gente mayor oun gimansio para que los jóvenes se queden. 

Apoyo del 90%

En Aielo de Rugat y Rugat, los alcaldes del PP Jaime Soler y Jordi Escrivà también tienen despejado el camino a la reelección. En estos dos pueblos, el PSPV presenta listas con una sola persona y de fuera. En Aielo, donde el primer edil se mantiene imbatible en las urnas desde hace 36 años, la candidata socialista es una histórica dirigente socialista de Sagunt, Nuria Hernández. Tampoco tiene adversarios la alcaldesa de Bufali (La Vall ens Uneix), Fani Mollà, que consiguió el apoyo de casi el 90% de los vecinos hace 4 años y gobierna sin ninguna oposición en el ayuntamiento.  

En Bellús, la lista del PSPV la encabeza una integrante de la ejecutiva socialista de Xàtiva, Margarita Tolsà, aunque el número dos y el cuatro sí que son del pueblo. La alcaldesa, Susana Navarro, gobierna con 6 de los 7 concejales en el consistorio, pero afronta estas elecciones «como si fueran las primeras» y no da nada por sentado. «En un municipio tan pequeño solo tres familias pueden cambiar el sentido del voto y gobernar desgasta», apunta. Lo que sí le da tranquilidad es la experiencia de haber estado 12 años al frente de la corporación municipal y el hecho de saldar la deuda pendiente, a pesar de la frustración que supone la escasez de recursos y los  problemas de personal que sufren los pueblos pequeños. La alcaldesa tiene claro que, si sale elegida, esta va a ser su última legislatura en la vara de mando, y pone el foco en acabar los proyectos y compromisos que la pandemia ha retrasado. Buena parte de la gestión de estos años la ha ocupado en conseguir que el ayuntamiento cobre el IBI por la presa de Bellús. La sentencia está al caer y Navarro tiene la esperanza de que sea favorable. «Es de justicia».