Un cazador pagará 10.000 € y la terapia psicológica a una mujer mordida por sus perros

La Audiencia eleva la indemnización para incluir el estrés postraumático de la víctima tras sufrir el ataque en Montesa

Un coto de caza, en un municipio valenciano.

Un coto de caza, en un municipio valenciano. / A.C.

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Un cazador ha sido condenado a indemnizar con algo más de 10.000 euros a una mujer que fue atacada por sus perros tras el transcurso de una batida organizada en un coto de caza ubicado en la partida Les Moles del término municipal de Montesa.

Aunque en un primer momento el juzgado de instrucción nº1 de Xàtiva cifró en una cuantía ligeramente inferior la compensación económica que le correspondía a la víctima de la agresión, la Audiencia Provincial de Valencia ha obligado al demandado a sufragar también los gastos correspondientes a la terapia psicológica que esta tuvo que recibir como consecuencia del trastorno de estrés postraumático sufrido a raíz de los hechos.

El incidente tuvo lugar el domingo 19 de septiembre de 2021, cuando el cazador se encontraba practicando la modalidad de caza al salto de jabalí en un día habilitado para ello, sirviéndose a tales efectos de ocho perros de raza podenca de su propiedad.

Al terminar la jornada de caza, el hombre se dirigió hacia la zona en la que se encontraba estacionado su vehículo con el correspondiente remolque para transportar a los perros a una distancia de unos 400 metros de un camino rural del paraje natural Les Moles. En ese momento paseaba por dicha vía la denunciante, acompañada de su perro de raza American Stanford. Ninguna señal apercibió a la caminante de que se estaba desarrollando la indicada actividad cinegética en la zona.

Según declaró probado el juzgado de primera instancia, los ocho perros del cazador -que se encontraban sueltos- se percataron de la presencia de la mujer y su mascota y se abalanzaron contra ambos en el mismo camino. La senderista sufrió lesiones por mordedura que, tal como quedó constatado en un parte médico, le ocasionaron un perjuicio temporal básico durante 240 días, una pérdida de calidad de vida moderada de 26 días y un perjuicio estético ligero por dos cicatrices en la pantorrilla derecha de 1 centímetro y en la mano izquierda de 0,5 centímetros con dos puntos.

El juzgado condenó al cazador a pagar una multa por un delito leve por imprudencia

El dueño de los podencos fue condenado en abril de este año como autor de un delito leve de lesiones por imprudencia a la pena de 30 días de multa a razón de 6 euros diarios, así como a indemnizar a la mujer con 9.894 euros por la vía de la responsabilidad civil.

La representación de la víctima, sin embargo, impugnó la sentencia mediante un recurso de casación en el que reclamó que en la indemnización se incluyeran también los costes de las cinco sesiones de terapia psicológica que esta precisó después del episodio de violencia vivido, entre enero y mayo de 2022.

La sentencia no admite recurso

En una resolución más reciente, la Audiencia ha estimado esa demanda y ha revocado el pronunciamiento del juzgado de instrucción de Xàtiva para añadir los 260 euros de la terapia por estrés postraumático al cálculo de la cuantía definitiva de la compensación económica exigida al denunciado, que finalmente deberá abonar 10.099,99 euros en concepto de responsabilidad civil, además de los correspondientes intereses legales.

La Audiencia considera acreditado el tratamiento psicológico recibido por la apelante, necesario para alcanzar la curación del estrés postraumático que presentaba después del incidente

La magistrada ponente de la última sentencia, contra la que ya no se admite recurso alguno, considera que "efectivamente, se ha acreditado la realidad del tratamiento psicológico recibido por la apelante, necesario para alcanzar la curación del estrés postraumático que presentaba después del incidente", tal como dejó constancia el informe médico-forense emitido el 10 de septiembre de 2022. Igualmente, se incorporaron a las actuaciones las facturas de la psicóloga que trató a la mujer, que no fueron impugnadas en el proceso judicial.

Los podencos son perros históricamente usados para la caza por su gran velocidad y sus sentidos potenciados, aunque suelen ser animales muy tranquilos y fieles y poco agresivos.