La cosecha de cereal se desploma un 90 % en la Costera y la Vall por la sequía

Un informe de la conselleria sitúa a los productores de avena, cebada y trigo de estas comarcas entre los más perjudicados por las incidencias meteorológicas en 2023

Las altas temperaturas provocan una floración bastante irregular en los frutales de la Vall junto a un retraso en el desarrollo las cubiertas vegetales

Siega de cereales en la Font de la Figuera.

Siega de cereales en la Font de la Figuera. / Manuel Asensi.

Sergio Gómez

Sergio Gómez

2023 fue un año a olvidar para los agricultores valencianos, ahora en pie de guerra por la cada vez más escasa rentabilidad que le sacan a sus explotaciones. A los bajos precios y los obstáculos que imponen los mercados hay que sumar una climatología especialmente adversa que está afectando de manera considerable a las cosechas.

El déficit de precipitaciones es uno de los factores que más preocupa en este momento en el campo. Y los cultivos de secano lo sufren especialmente. Un reciente informe elaborado por la Conselleria de Agricultura sobre el impacto de las incidencias meteorológicas en la actividad de los productores agrícolas refleja un desplome del 90 % en los rendimientos de los grupos de cultivos vinculados al cereal en los cinco municipios de la Costera y la Vall d'Albaida en los que la recolección de esta planta sigue estando bastante asentada.

El estudio responde a una solicitud del Ministerio de Agricultura y se tomará como base para calcular las reducciones de los módulos en el régimen de estimación objetivo del IRPF aplicables a aquellas actividades agrarias que durante el ejercicio 2023 sufrieron fuertes descensos en las cosechas por causas extraordinarias.

En Moixent, el cultivo de avena cerró el año con un descenso de rendimientos del 87 %, que bajaron un 90% en las superficies de avena, un 88% en las de trigo y un 90 % en las de triticale, un cereal híbrido que procede del cruzamiento entre trigo y centeno. En Vallada se estima un bajón de los rendimientos generados por la avena del 90%, idéntico porcentaje de descenso al experimentado por la cosecha trigo en la Font de la Figuera. En Fontanars dels Alforins, tanto los productores de cebada como los trigo perdieron un 91 % de los rendimientos previstos.

La sequía es el principal factor que explica estos descensos, que en este 2024 amenazan con repetirse dada la escasez de lluvias recogidas en lo que va de año en la zona señalada. En el área de Fontanars, la última borrasca apenas ha tenido impacto y en el primer trimestre de año solo se han registrado 53 litros de agua por metro cuadrado. La lluvia no ha hecho casi acto de presencia desde el pasado mes de septiembre, cuando se recogieron 43 litros. Unas cifras que se sitúan muy por debajo de los balances hídricos habituales.

Agua de cubas para nuevas plantaciones

Los viñedos dels Alforins también están notando los efectos de la escasez de precipitaciones. "Las nuevas plantaciones de viña que se están realizando por estas fechas se están haciendo con agua de apoyo mediante cubas, lo cual encarece enormemente la plantación y dispara los costes", expone Patricio Simó, productor de Fontanars. "El problema ya no es solo que se produzca menos y se recojan menos kilos de uva, el problema es que las cepas comiencen a secarse", subraya. "Por la zona donde yo tengo la finca, los olivos están comenzando a amarillear, la hoja está cayendo y eso es señal inequívoca de que no habrá cosecha. El almendro, de momento, está aguantando mejor", ahonda.

"El problema ya no es que se produzca menos, sin que las cepas comiencen a secarse", expone un productor de viña

Otro de los grupos de cultivos que más pueden verse beneficiados por la reducción de módulos que plantea la Conselleria de Agricultura en función de las pérdidas sufridas en 2023 es el de los frutales, afectados por las tormentas de pedrisco y las temperaturas en la época de floración. El informe señala de forma especial la disminución de los rendimientos de los albaricoques, que alcanzó un porcentaje del 100% en Bolbaite, del 92 % en Barxeta o del 97 % en Atzeneta d'Albaida. El caqui también rozó el 100% de bajada de rendimientos en diversos municipios de la Vall.

A principios de este año, las temperaturas anormalmente elevadas impidieron que los diferentes cultivos frutales de la Vall d’Albaida acumularan las horas de frío necesarias y como consecuencia, se esperaba una floración bastante irregular. En las variedades más tempranas de nectarinas y melocotones se observaron las yemas hinchadas en los árboles. Como consecuencia de la falta de lluvias, las cubiertas vegetales que solían desarrollarse durante los meses de invierno no habían aparecido y habrá que esperar la reacción de los árboles al estrés hídrico que están sufriendo desde el mes de septiembre.

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