TRIBUNA

El bien común

"En Ontinyent hemos priorizado el bienestar colectivo sobre las medidas cortoplacistas que algunos actores políticos, con sus miradas puestas en València o Madrid, promueven con tanto empeño"

Jorge Rodríguez, alcalde de Ontinyent.

Jorge Rodríguez, alcalde de Ontinyent. / Perales Iborra

Jorge Rodríguez

Hace un año se celebraron las elecciones municipales y autonómicas, unos comicios que marcaron un punto de inflexión significativo en el panorama político del país. El bloque conservador y la extrema derecha triunfaron en prácticamente todas las comunidades autónomas y grandes ciudades, lo que ha suscitado una profunda reflexión sobre las circunstancias que propiciaron este notable crecimiento, aunque no en todos los sectores.

En Ontinyent, la ciudadanía renovó su confianza en el proyecto progresista iniciado en 2011. Ens Uneix, más allá de siglas, idearios inamovibles o disciplinas estrictas de partido, se rige por una máxima: el bien común.

La política municipal difiere significativamente del espectáculo dantesco que, desafortunadamente, estamos acostumbrados a ver en los medios de comunicación. En Ontinyent, hemos priorizado el bienestar colectivo sobre las medidas cortoplacistas que algunos actores políticos, con sus miradas puestas en València o Madrid, promueven con tanto empeño.

Trabajar por la ciudadanía, en lo que se denomina coloquialmente «para que les vaya bien», no es una idea novedosa. Aristóteles, hace 2.300 años, ya explicaba que el objetivo de la política es alcanzar el bien común, es decir, el bienestar de toda la comunidad. Este concepto es particularmente relevante en la política municipal, donde las decisiones tienen un impacto directo y tangible en la vida de las personas.

Proyectos como la transformación del barrio de la Canterería en Ontinyent, la rehabilitación de la Muralla, la apuesta por un transporte urbano gratuito —cuando parecía una utopía—, y tantas otras iniciativas ejecutadas, solo pueden formar parte de un gobierno que tiene en mente un proyecto de ciudad. Quedan atrás los discursos populistas, con mensajes fáciles y de consumo rápido que no se consolidan ni sientan sus bases porque carecen de sustancia.

Algunos de los proyectos mencionados anteriormente han sido elaborados con una perspectiva a largo plazo. Por ejemplo, el proyecto de Canterería, que incluyó la compra de más de cuarenta viviendas, su posterior derribo, la estabilización del talud superior y, actualmente, la adecuación del parque inundable, ha supuesto cinco años de trabajo y más de cuatro millones de euros.

Nuestra responsabilidad como gestores públicos es garantizar que cada acción que emprendamos esté orientada hacia el bien común, con una visión a largo plazo que asegure el progreso y bienestar de nuestra comunidad, independientemente de que seamos nosotros quienes disfrutemos en primera instancia de esos proyectos. La gestión municipal, y la de cualquier nivel, debe centrarse en iniciativas que perduren y aporten valor real a la ciudadanía. Después de la DANA de 2019, la opción más cómoda hubiese sido únicamente destinar una línea de ayudas a los damnificados y volver a adecuar la zona. Lo difícil era proyectar una nueva zona para evitar daños similares en el futuro. Esto implica trabajar en proyectos que, aunque puedan ser menos llamativos a corto plazo, garantizan un desarrollo sostenible y una mejora real en la calidad de vida de los ciudadanos.

Por ello, agradecemos profundamente la confianza de la ciudadanía de Ontinyent, que por cuarta vez y con una tercera mayoría, respalda la idea de ciudad que el equipo de gobierno de Ens Uneix propone. Seguiremos trabajando y consolidando todos aquellos proyectos que harán prosperar nuestra ciudad, centrados en el interés público y alejados de todo el ruido que vivimos fuera de estos muros.

Como venimos haciendo, no descenderemos a la arena del debate estéril, sino que, desde una posición firme, continuaremos transformando la ciudad de la mano de toda la gente que, después de 13 años, sigue entendiendo y apostando por nuestra filosofía y manera de ver la política.

Que nadie dude que, tanto en Ontinyent como en la Diputació de València, estamos trabajando por el bien común, no porque sea fácil, sino porque es necesario.

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