J. R. S., Valencia

-Cincuenta años de trabajo son muchos años cuando se habla de una carrera artística. Ahora inaugura su primera antológica. ¿Cual sería su conclusión

-Pues que durante todos estos años más más que querer cambiar lo que he intentado ha sido profundizar. Esta muestra reúne obras de todas las etapas y la mayor parte son mías. Siempre he pensado que un cuadro es el camino hacia otro. Por ello, cuando creo que una pintura ha salido bien siempre inicio otra con rapidez. Mi vida es pintar. Y así lo hago todos los días y sin descanso.

-Usted siempre se ha definido como un artista pasional y fuerte y todo ello se ve en su obra. ¿Es innato

-Sí, pero tanto desde el punto de vista temático como en lo que se refiere a mi forma de pensar, aunque mi pensamiento en arte sea minimal pero con una ejecución fuerte. En realidad soy como me entrego ante un lienzo, alguien que trabaja al máximo y que cree que cuantos más valores reúna el cuadro, mejor será. No creo en aquellos artistas que se delimitan a sí mismos.

-A usted se le considera un pionero en el uso de la materia. Ya la utilizaba durante la década de los cincuenta.

-La materia es fundamental para que una obra alcance la calidad necesaria y gane en fuerza y contundencia. Nosotros, los seres humanos, somos matéricos. Hace algún un tiempo un pseudo pintor me dijo que mi obra estaba influenciada por la de Miquel Barceló. Yo creo que fue él quien descubrió la materia durante su estancia en Valencia y viendo una exposición mía. Así me lo dijeron. A Barceló le falla un aspecto: el dibujo. Él no sabe dibujar la materia, pero en cambio tiene algo especial, algo que lo convierte en un artista diferente.

-Usted comenzó con el Grup Parpalló

-Era el más joven del grupo.

-Sí, pero mientras todos sus miembros derivaron hacia la abstracción usted se mantuvo y se ha mantenido firme en la figuración.

-Gran parte del arte contemporáneo sólo produce el vacío. No se define por completo. En la figuración se puede ser más creativo que en la abstracción y, además, la figuración permite una mayor expresión y expresividad.

-Pero esa elección también le llevó a una cierta incomprensión y a un aislamiento.

-Muchos pintores abstractos se han metido de manera desleal con los figurativos a los que nos llamaban copiadores de la realidad. Han sido muy crueles. Kandisnky dijo que para buscar la verdad hay que prescindir de la realidad. Yo no lo creo. En la pintura ha de estar el alma y la vida de aquello que pintas. La palabra realismo está muy confundida. El realismo, como indica su significado, no es una insinuación y durante el siglo XX ha habido muchas insinuaciones.

-Su pintura, sin embargo, describe espacios abandonados, objetos arrinconados y además pintados de una forma dura y oscura.

-Diría claroscuro. Yo pinto a mi manera y renuncio del tópico. No me cuadriculo. La pintura son silencios. Se crea desde el silencio y la soledad. Soy un artista intimista al que no le gustar mucho exponer porque las exposiciones distraen del trabajo. Cuando pinto una soledad, un paisaje de Valencia o de Pinedo o una habitación

-¿Qué le viene a la cabeza sobre su obra al contemplar casi 150 obras juntas

-Ante todo, que debo seguir pintando y que he trabajado mucho, pero también ha despertado en mí la sensación

-La exposición del Centre del Carmen la cierra con una capilla repleta de vírgenes olvidadas y muchas de ellas rotas ¿Es una mirada religiosa

-Es una cuestión espiritual; el espíritu lo domina todo. Si utilizo objetos abandonados es porque expresan mucho más de lo que otros creen ver. Un objeto abandonado es la historia de la vida y de la existencia. Además, Los objetos usados son más pictóricos que lo nuevos, dicen mucho más. Nunca he buscado el sentido decorativo de las cosas.

-En el catálogo de la exposición hay un texto suyo que inicia afirmando que era un muchacho sin rumbo que vio el cielo cuando entró en al escuela de Artes y Oficios, y que estaba dispuesto a ser un pintor vagabundo porque su ilusión

-Sí, pero todavía me queda mucho que mejorar.