Mariola Muñoz, Valencia.

Dentro de los 35.000 documentos procedentes, en su mayor parte, de diferentes actividadess y en menor medida de depósitos, donaciones y compras, el Archivo Gráfico del Instituto Valenciano de Cinematografía cuenta con carteles originales, entre los que destaca un conjunto de litografías y serigrafías, fundamentalmente de películas de producción española de los años 20 adquiridas a la emblemática Imprenta Ortega. Éstas fueron realizadas para su exhibición en las fachadas de los cines mediante una técnica de reproducción manual de fotogramas sobre planchas de estampación y se deben a las manos de un variado grupo de cartelistas, entre los que destacan uno de los bocetos realizados para la película Castigo de Dios (Hipólito Negre, España 1925), obra de un jovencísimo Josep Renau Gago con 17 años de edad, Gago y Palacios y Penagos.

La colección de carteles de Imprenta-Litografía Ortega que el Instituto Valenciano de Cinematografía conserva entre los fondos de su archivo gráfico procede de una compra realizada en el año 1994. Se trata de impresiones originales obtenidas a partir de fotogramas reproducidos de forma artesanal, directamente sobre las planchas de estampación. La imprenta Ortega, fundada en 1871, terminó su actividad en 1994, fecha en la que ofrecieron la colección de carteles cinematográficos a la Filmoteca valenciana. Tras su compra y catalogación, se planteó la necesidad de acometer la necesaria tarea de restaurarlos, labor que se encomendó a la Cátedra de conservación y restauración de Obra Gráfica de la Universidad Politécnica de Valencia.

Restauración de los carteles

Según Salvador Muñoz, Catedrático del Departamento de Conservación y Restauración en la Universidad Politécnica de Valencia, entre los fondos del IVAC se encuentran no solo registros fílmicos, sino también un magnífico archivo gráfico. Su conservación y restauración es una de las responsabilidades del IVAC. En el desempeño de este cometido se encomendó a la Cátedra de conservación y restauración de Obra Gráfica de la UPV la conservación y restauración de 40 carteles cinematográficos gran formato de la primera mitad del siglo XX que se hallaban en muy mal estado. Desde el punto de vista estético estos carteles poseen un importante poder de evocación. Desde un punto de vista técnico, sin embargo, su tratamiento presenta problemas de cierta relevancia, propios de las obras de arte en papel de gran formato.

El valenciano Joaquín García Moya. Un dibujante -como se les llamaba entonces- premiado en distintos concursos de carteles comerciales y de ferias que dedicó la mayor parte de su trabajo al cartel de cine desde su puesto de trabajo en plantilla de Litografía Ortega -una de las más importantes empresas cartelísticas que se han dado en nuestro país, y probablemente, la más productiva y de mayor nivel técnico de cuantas trabajaron el cartel del sector que nos ocupa-. El trabajo de este autor, de escaso dinamismo y limitado sin duda por las exigencias de los encargos, se vio reflejado en títulos como Tarzón.

Inundación

A pesar de la inundación que sufrió la nueva videoteca del Instituto Valenciano de Cinematografía que afectó a 6.000 de los 16.000 títulos en VHS y DVD que componen su fondo digital al producirse una rotura de una tubería de aguas fecales el pasado 28 de julio.

Según el director de la Filmoteca, José Luis Rado, el material afectado son cintas de VHS que se podrán recuperar, pero que no han perdido ningún cartel de los fondos pertenecientes a la Filmoteca.