El ERE del Palau de les Arts que debía suponer en 2014 un ahorro para las arcas del coliseo de cuatro millones de euros y que fue pactado con el comité de empresa, los sindicatos y la plantilla se encuentra atascado. Al menos en algunos aspectos de los acordados en su día lo que imposibilita su ejecución inmediata.
El acuerdo se ha encontrado con trabas de las diferentes áreas de la administración autonómica, como por ejemplo, en Trabajo que no las tiene todas consigo en la modalidad escogida de convertir a la plantilla en fijos discontinuos durante los meses de junio a septiembre, la reducción de jornada anual y dos mensualidades o en la prorroga del plan de empleo y sueldo hasta 2017 ya que la Administración desconoce hasta qué punto podrá ser respetada en su día por la propia legislación vigente.
Diversas fuentes consultadas por este diario reconocían a Levante-EMV que el desarrollo del acuerdo se había cogido con pies de plomo a fin de no caer en errores que en un futuro pudieran ser contraproducentes para la propia administración.
«Es un asunto costoso, muy sometido a la legislación, repleto de aspectos de carácter técnico y que necesita de la validez de todos los departamentos implicados. No se pueden tener sorpresa en el futuros. Hay que velar por la seguridad jurídica y la legalidad administrativa», reconocían diversas fuentes consultadas por este diario.
Fuentes del Comité de Empresa reconocían ayer que la situación se encontraba en el «limbo» y que no se producirían más negociaciones en caso de un cambio de opinión. «El ERE está firmado y no puede existir otra salida sobre lo negociado», añadieron estas fuentes.
El ERE negociado y aprobado debía de haberse aplicado a finales de 2013. Después se pidió la prorroga de un mes y ahora se piensa en otra ampliación.
Este hecho hace que los números de Les Arts no se vayan a cumplir ya que se trabajó presupuestariamente en su día sobre la base de la reducción negociada.
