La subdirectora de Colección y Exposiciones del IVAM, Raquel Gutiérrez, presentó ayer formalmente su renuncia al cargo, que ocupaba desde el pasado 24 de septiembre. No quiere ser un impedimento para el programa de renovación del nuevo director, José Miguel G. Cortés, según explica en el escrito que registró ayer en el museo.

Para entender el argumento hay que situar a Gutiérrez. Fue la mano derecha durante el mandato de Consuelo Ciscar, la etapa con la que Cortés ha querido romper lazos desde su llegada. De ahí la sorpresa en círculos artísticos cuando la incluyó en su equipo directivo de cuatro personas. Y al no poder nombrar oficialmente a dos de ellos, Gutiérrez ha permanecido como única subdirectora, junto al administrador, Joan Llinares. Cortés la ha defendido siempre ante las críticas.

La ya exdirectiva no abandona el museo. Regresa a la plaza de técnica de exposiciones, aunque procedía del Consorci de Museus, desde donde pasó con Ciscar al IVAM.

El director ha optado ahora por distribuir las funciones que ejercía Gutiérrez entre otros dos técnicos, que pasan a tener el rango de coordinadores. Josep Salvador se ocupará de la colección del IVAM y Ramón Escrivà será el responsable de exposiciones.

El elemento clave para la salida de Gutiérrez en este momento ha sido el informe de Intervención de la Generalitat que denuncia numerosas irregularidades en la etapa de Ciscar y que ha provocado la apertura de diligencias por la Fiscalía Anticorrupción.

La exsubdirectora ha comentado a su entorno que estaba cansada de ver su nombre en los medios de comunicación ligado a Ciscar y como arma contra Cortés.

Otros profesionales del museo no descartaban ayer que la exdirectiva pueda verse salpicada por la investigación. La renuncia, que algunas voces interpretaban también como una destitución pactada, coincide además con el cambio político en el Consell, circunstancia que no ha pasado desapercibida.