Jamila, una joven afgana de 17 años, apareció en el hospital de Herat con el 48% de su cuerpo quemado. Hacía siete meses que le habían obligado a casarse. Murió poco después, el 9 de mayo de 2012. Afganistán es el único país del mundo donde el número de mujeres que se suicidan supera al número de hombres. Allí el matrimonio no es la unión entre dos personas que se aman, son acuerdos entre familias en los que miles de mujeres acaban siendo forzadas y violadas por sus maridos.

La de Jamila es una de las historias de la exposición Dones. Afganistan, ilustrada con fotografías de Gervasio Sánchez y explicada con textos de la periodista Mònica Bernabé. Ayer se inauguró en el Centre Cultural La Nau y permanecerá abierta hasta el 14 de febrero. «En Afganistán me he encontrado lo peor del ser humano: la incapacidad por sentir empatía y piedad hacia las víctimas», comentaba ayer Gervasio Sánchez.

Esta muestra de 150 fotografías refleja la violencia que sufren las mujeres en Afganistán, que malviven inmersas en un problema endémico y estructural potenciado por la guerra y prácticamente al margen de la comunidad internacional. Además, a pesar de que la legislación proteja a las mujeres, reina la impunidad ante casos como el de la joven Jamila.

La maternidad, la drogadicción, menores encarceladas en centros correccionales por «haberse dejado violar» o la muerte como única salida, son algunas de las temáticas en las que se divide la exposición. «Llegó un momento en el que teníamos que equilibrar nuestra balanza anímica ante estas historias», expresa el fotoperiodista. Por ello, hay un rincón reservado a los avances legales en el país y a «las historias que permiten tener esperanza».

Este trabajo, elaborado a lo largo de cinco años, fue idea de Mònica Bernabé, quien se instaló como freelance entre 2000 y 2007 convirtiéndose en la única española que trabajó de forma permanente en Afganistán. De su carrera destaca la constante denuncia de la violación de los derechos humanos.