Esta obra fue protagonizada en la gran pantalla por Liz Taylor y Paul Newman. ¿Cómo ha sido el proceso de ponerse en el papel de Maggie?

Estuvimos ensayando alrededor de once semanas y tuve bastante tiempo para preparar el papel. Pero en aquel momento yo estaba también con un proyecto de televisión — Las chicas del cable con Netflix—, por lo que ha sido todo un poco estresante. Ha sido un trabajo duro pero ahora solo quiero disfrutar de la función que está todavía en sus inicios. Hasta que no trabajas con el público el personaje no se asienta. Y ahora empiezo a sentirme más libre en escena.

Trabaja con actores veteranos como Juan Diego o Ana Marzoa. ¿Qué ha aprendido de ellos?

He aprendido la seguridad y templanza que tienen en escena y la confianza que tienen en su trabajo, incluso sin tenerla. Estoy segura de que, como actores, a la hora de interpretar personajes tan complejos nadie tiene la seguridad de estar haciéndolo bien. Pero en ellos he observado que está la seguridad del paso del tiempo y de las tablas. También he aprendido que hay cosas que no se pueden enseñar y que se aprenden con los años.

¿Qué otros sueños le quedan por cumplir?

Tengo muchos deseos, como hacer comedia, encarnar muchos tipos de personajes o viajar por el mundo, pero lo cierto es que intento centrarme en mi día a día y vivir. Creo que a veces nos centramos mucho en soñar y en proyectar fuera cuando lo que tenemos que hacer es vivir el presente.

Maggie es un personaje complejo, ¿qué es lo que más le sorprende de su personalidad?

Los actores tenemos la suerte de aprender de la vida a través de los personajes y de las diferentes personalidades que existen. Lo que más me gusta de Maggie es el sentido del humor que tiene y su fuerza, a pesar de que es muy vulnerable. Ella no deja de luchar nunca; es una gata que no deja de maullar. Cada vez que la interpreto descubro algo nuevo de ella y creo que eso es lo bonito.

Ayer se celebró la gala de los Goya, en la que, como confesó desde un principio Rovira, no se escucharon menciones políticas. ¿Qué piensa al respecto?

Es una decisión personal. Nosotros como actores no tenemos la obligación de estar en política. Con nuestro trabajo podemos hacer pensar, reflexionar...,pero no tenemos por qué meternos en eso. Está en su derecho.