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Una solitaria vuelta en una novillada para el olvido

Los pupilos de Sánchez Herrero imposibilitaron cualquier opción de triunfo por su evidente falta de casta

El valenciano de Faura, Fernando Beltrán, dio una vuelta al ruedo en la novillada en honor a la Virgen de los Desamparados donde se lidió un encierro de los Sánchez Herrero que resultó desigual de comportamiento y mal presentado hasta tal punto que el tercer novillo de la tarde metió la cabeza tres veces dentro del burladero. Cuarto, quinto y sexto, con sus virtudes y defectos, fueron tres animales interesantes. Alfonso Cadaval y Carlos Ochoa se presentaron el coso de Monleón. Se guardó un minuto de silencio por Manolo Montoliu, Palomo Linares y Adrián Hinojosa.

Beltrán, con siete años de novillero con picadores, realizó una primera faena de muchos pases y pocos argumentos donde le sonaron dos avisos después de un pinchazo y dos estocadas atravesadas. El cuarto novillo de la tarde tuvo profundidad en su embestida. El exceso de pinturería en una labor dispuesta le llevó a dar una vuelta al ruedo protestada. También recibió dos avisos. Cadaval se mostró desconfiado durante todo el festejo. Con segundo de la tarde se limitó a acompañar la embestida por el pitón derecho y fue completamente desbordado por el novillo cuando toreó al natural. Con el cuarto, un burel con recorrido y repetición, el sevillano se hizo el ánimo por el pitón izquierdo. Sonó un aviso y utilizó el descabello.

A Carlos Ochoa le sonaron los tres avisos en su primer novillo tras realizar una labor segura y desajustada. Decisión y seguridad se vislumbraron en el madrileño como un oasis en el desierto. Con el que cerró plaza, después de tres horas de festejo, se mostró dispuesto y con arrestos en una faena cimentada en las tablas.

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