P «Out of all this blue» tiene 23 canciones en su versión «no deluxe». ¿Está desafiando a la industria y al algoritmo de Spotify?

R No me preocupa la industria musical. Sí, es un álbum largo y es posible que la gente no disponga de tiempo suficiente para escucharlo entero. Pero no puedo evitarlo, tengo que hacer los discos que salgan de mi corazón y eso es lo que he hecho.

P Está lleno de canciones de amor. ¿Por qué?

R El amor es lo más importante. Yo no había escrito demasiadas canciones de amor hasta ahora. Como mucho quince o dieciséis antes de este álbum.

P Y también hay mucho soul, mucho funky y algo de hip hop. Entiendo que su afición por el soul y el funky es algo generacional, pero ¿Qué le ha atraído del hip hop?

R Sí, llevo escuchando soul y funky desde la década de los 60, así que sí, lo normal es que su influencia aparezca en mi música. Y me gusta el hip hop porque es como la música soul del siglo XXI y, aunque no soy un fan de los raperos, soy un enamorado de la música que hay detrás del rap. Me encanta la creatividad que tiene el hip-hop.

P En más de una entrevista otros rockeros me han dicho que el hip hop ha sido la última revolución musical...

R Sí, pero no sabemos qué revolución está por venir.

P ¿Se ha quedado el rock antiguo respecto a las música negras?

R Sí, por supuesto que se ha quedado antiguo. Y además ha dejado de ser atrevido. Es difícil encontrar a alguien que resulte sorprendente. Cualquiera que empieza ahora tocando rock ya parece un artista viejo. Si quieres sonar clásico y retro, el rock es la música adecuada. Si quieres hacer algo más nuevo tienes que buscar otros tipos de música, y para mí el hip hop es el camino correcto.

P ¿Ha envejecido mejor la música de Marvin Gaye que la de los Beatles?

R No, pienso que la música de los Beatles ha sobrevivido mejor que la de Marvin Gaye. Los «grooves» de Marvin suenan fantásticos, pero en ocasiones sus letras no resisten el paso del tiempo, a veces son un poco sexistas. Pero las canciones de los Beatles están hechas a prueba del tiempo. Pero sí hay otros artistas de soul como Smokie Robinson o Stevie Wonder que han hecho música totalmente atemporal.

P Pues en este disco usted se parece más a marvin Gaye que a los Beatles?

R (Ríe) Sí, es posible.

P «Charisma», otra de las canciones del disco, habla sobre Keith Richards. ¿Le faltan al rock del siglo XXI artistas carismáticos como él, Jagger, Lennon o Keith Moon?

R Sí, definitivamente. Pero no sólo al rock, cualquier clase de música de hoy carece del carisma que tenía esa gente. Incluso estrellas como Beyoncé no tienen el carisma que tenían esos artistas de los 60 de la Tamla Motown.

P ¿Por qué cree que ocurre eso?

R Supongo que es porque en los 60 la música formaba parte de la revolución cultural, y aquella gente que se estaba rebelando contra el bagaje conformista que llevaban encima, que había recibido una educación aburrida en los colegios, y que había crecido en una sociedad gris, estaba rompiendo con eso y eso hizo que desarrollaran ese carisma. Ahora vivimos en una sociedad más abierta y más creativa, así que la gente no tiene la necesidad de romper con nada.

P En este disco y en el anterior ha participado David Hood, uno de los músicos de estudio históricos del soul norteamericano. Menuda responsabilidad, ¿no?

R Es maravilloso tenerlo. Ha estado con nosotros durante tres años y ha sido fantástico. Para mí tenerlo en la banda ha sido una inspiración musical constante, porque cada vez que tocaba nos daba ese sello «Muscle shoals» tan fantástico. Pero también ha sido importante en lo personal, porque es un hombre que ha estado en los confines de la música americana, ha tocado con gente como James Brown.

P ¿En algún momento se atrevió a decirle como productor que algo que hacía no estaba bien?

R Sólo un tonto le diría a David cómo tiene que tocar. A veces le hacía alguna sugerencia, pero en el 99 % del tiempo David tocaba lo que él pensaba que era correcto y siempre tenía razón.

P Le gusta mucho venir a tocar a España. ¿Por qué?

R Me gusta el público español. Y también me gusta la ropa española y el clima español. Pero sobre todo el público. Es muy emocional, enseguida se enciende. El público británico o del norte es muy diferente, me gusta esa calidad emocional del público español.

P En València muchos se acuerdan de un concierto que los Waterboys no dieron. El de 1986 con Simple Minds...

R Esa historia no es cierta. Nosotros estuvimos de gira con Simple Minds en 1985 y al final de ese año nuestro agente nos dijo que Simple Minds iban a girar por España y el sur de Europa y que si nos gustaría tocar con ellos. Yo le dije no, la banda está cansada y necesitamos parar. Así que nunca estuve de acuerdo con aquella gira, pero nuestro agente le dijo a los promotores españoles que sí la haríamos. Fue deshonesto conmigo y con los promotores, nos engañó a todos. Cuando yo dije que no, trataron de persuadirme, incluso vinieron a la habitación de mi hotel en San Francisco en noviembre de 1985 con cocaína para convencerme. Después dijeron que habíamos cancelado los conciertos pero no era cierto porque no había nada que cancelar.