Los X-Men, Iron Man, Thor, el Doctor Strange, Daredevil, Los Cuatro Fantásticos, el increíble Hulk, los Vengadores, Pantera Negra, Silver Surfer, Nick Fury, El Capitán América (entre 1968 y 1970) y, claro, ese Spiderman bajo el que se escondía el ya dos veces huérfano Peter Parker. Tanto poder (y tanta responsabilidad) surgidos de la mente de un aspirante a escritor que, como otros cientos como él, aspiraba a crear la gran novela norteamericana.

Quizá Stanley Martin Lieber -que ayer murió a los 95 años-, no consiguió su objetivo, pero Stan Lee -el guionista de cómics en el que decidió transformarse cuando entró a trabajar en la editorial de su tío, Timely Comics, hoy Marvel Comics-, sí logró crear un universo por el que han viajado millones de lectores de todo el mundo, siempre por diversión pero, quizá sin darse cuenta, también para conocer mejor la condición humana, aunque fuese a través de las aventuras y desventuras de seres fantásticos que siempre escondían un punto débil.

«Mi padre amó a todos sus fans. Fue el hombre más decente y grande», dijo a TMZ Joan Celia Lee, hija del artista tras informar de su muerte. Las primeras informaciones aseguran que Lee (Nueva York, 1922) fue trasladado a primera hora de la mañana desde su domicilio en Hollywood Hills a un hospital de Los Ángeles, donde murió.

Coloso de las viñetas estadounidenses y referencia imprescindible de la cultura popular en el último medio siglo desde la editorial Marvel, Lee -que trabajó casi siempre acompañado de los dibujantes Steve Ditko y Jack Kirby-, había sufrido numerosos problemas de salud en los últimos tiempos y había perdido en 2017 a Joan Lee, la mujer con la que estuvo casado durante casi siete décadas y quién le animó a intentar plasmar en las historietas que empezó escribiendo a su pesar todo lo que había aprendido de sus verdaderos superhéroes: Robert Louis Stevenson, Arthur Conan Doyle o Edgar Rice Burroughs.

«Escribe cosas que tú querrías leer. Si tratas de escribir cosas que crees que ellos (señalando a los espectadores) quieren leer, tú no les conoces a ellos pero tú te conoces a ti mismo. Y si escribes algo que tú querrías leer, tiene que haber otra gente como tú (a la que le gustarás)», dijo Lee en agosto de 2017 en un homenaje a su carrera en Los Ángeles. «Lo que hice fue intentar escribir historias que me gustaría leer y de un modo u otro funcionó», argumentó.

En unos pocos años, creó junto con Jack Kirby y Steve Ditko a la gran mayoría de los personajes clásicos de la editorial. Este éxito hizo que Marvel se convirtiera en la editorial más importante del momento, y marcó el comienzo de la llamada Edad de Plata del cómic estadounidense. Stan Lee continuó durante gran parte de los sesenta como redactor jefe de la apodada a partir de entonces «Casa de las Ideas», siendo sucedido por su ayudante, Roy Thomas.

Incansable difusor de Marvel y emblema de una época y una forma de hacer cómics, Stan Lee no dejó de escribir columnas y guiones ocasionales. Además, las exitosas adaptaciones cinematográficas de Marvel, en las que Lee siempre se reservaba un pequeño y humorístico cameo, habían llevado al artista de vuelta a los focos de los medios de comunicación.