«Los centros de arte nunca debieron ser ajenos a lo que sucedía en la calle. Los museos son espacios de cultura viva, no sarcófagos». El director del Consorci de Museus de la C. Valenciana, José Luis Pérez Pont, hizo ayer una declaración de intenciones con «Eureka», la exposición de los grafiteros valencianos PichiAvo que se inaugura hoy en el Centre del Carme. Según el director de la entidad, que ayer presentó la muestra a los medios, la exposición dialoga con «todos los estratos de historia» que simboliza el Centre del Carme, un antiguo convento datado del siglo XIII.

«Eureka» es la tercera apuesta del Consorci por el arte urbano, tras la exposición «Joc», de Vinz y Txema Rodríguez, y la retrospectiva del artista cántabro Okuda. PichiAvo son los artífices de la presente falla municipal junto a Latorre y Sanz, y en sus obras fusionan los mitos clásicos con el arte urbano.

Pérez Pont presentó la muestra junto al concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, y los dos artistas valencianos, quienes aseguraron que su obra «pone en valor el patrimonio». «Nuestra intención es introducir la calle al museo y trasladar el museo a la calle», recalcaron. La muestra se podrá visitar en la Sala Refectorio del Centre del Carme, y es complementaria al mural ejecutado en uno de los muros del claustro renacentista del antiguo convento, todo un «homenaje al grafiti más puro», según los creadores.

«Eureka» está formada por nueve esculturas y una columna de 14 metros creada en el taller de Latorre y Sanz. Esta pieza monumental, que parte la muestra en dos, es la única que no se ha creado ex profeso para el Centre del Carme. Las obras se reflejan en espejos que, según los autores, permiten que el espectador «se integre en la experiencia e interactúe con la obra». «El título de 'Eureka' viene de descubrir estos cuadros como se descubren en las calles las obras de arte urbano», señalaron los valencianos, que también dijeron que buscaban «trasladar el mismo proceso creativo de las Fallas a la comedia de Aristófanes», el principal motivo de su obra.

El comisario de la exposición, Fran Picazo, destacó la «valentía» del Consorci por apostar por las «señas culturales valencianas», entre las cuales se encuentra el grafiti. Pérez Pont aseguró que con la muestra se pretende «acercar a la ciudadanía nuevos lenguajes del arte actual, tendiendo puentes con la tradición valenciana y con el arte fallero». «El público ha respondido a este estímulo», señaló el director, una apreciación que apoyó en los últimos datos de asistencia al Centre del Carme, que ha aumentado un 140 % sus visitantes en solo un año.

«Cumple la ley»

El director del Consorci aseguró que el grafiti pintado en el claustro renacentista cumple la Ley de patrimonio. «Una cosa es hablar de leyes, y otra de gustos estéticos», criticó Pérez Pont, a raíz de la denuncia presentada por UGT contra su persona y el Consorci de Museus por el «menoscabo, deslucimiento y deterioro» del claustro renacentista a raíz del mural de PichiAvo. El grafiti, creado junto a los también valencianos TFK Crew, ocupa 1.000 metros cuadrados del claustro del Centre del Carme, un edificio declarado Bien de Interés Cultural (BIC). El director del museo aseguró que no ha habido daños al patrimonio, ya que «no se ha tocado la piedra» y que han intervenido sobre muros pintados en los años 80 que se han seguido pintando desde entonces como parte de otras exhibiciones, como la de Gabriel García Andújar. Pérez Pont aseguró además que la intervención artística tenía el visto bueno de la conselleria.

El comisario de la muestra aseguró que el trabajo de PichiAvo en el claustro renacentista «ha estado controlado desde el principio hasta el final. Previamente nos hemos asesorado, y posteriormente también».

La denuncia de UGT a la que ha tenido acceso este periódico señala que «los hechos que se denuncian no pueden tener la consideración de expresión artística o cultural». Es por ello que Pérez Pont criticó que la denuncia refleja un conflicto por lo estético. «Este revuelo tiene que ver con una cuestión de gusto estético. A quien no le gusta, le molesta».

Además, el director reprochó que, en los tres años de su gestión, los que se preocupan por el patrimonio no han manifestado su preocupación por la falta de conservación que «durante décadas» ha tenido el centro y por los 4.000 metros cuadrados sin rehabilitar del edificio «en ruina extrema».