El alcalde de Elx, el socialista Carlos González, se ha marcado el reto de lograr por un año la cesión temporal de la Dama de Elche, para que esta obra cumbre del arte íbero sea visitada durante ese periodo por, al menos, un millón de visitantes.

El alcalde ilicitano afirmó ayer que la ciudad está «preparada» para la cesión temporal de la Dama, que tendrá un «gran tirón» desde el punto de vista turístico y socioeconómico por su enorme impacto en la visibilidad nacional e internacional de la ciudad.

Ha recordado que, en 2006 y sin apenas estrategias publicitarias ni casi redes sociales, en los seis meses que estuvo en Elx, la Dama recibió 400.000 visitantes, el 80% de fuera de la Comunitat Valenciana, lo que le permitió vaticinar que si se lograra ahora su exposición durante un año se rebasaría el millón de turistas.

El busto propiedad del Museo Arqueológico Nacional (MAN) de Madrid se exhibiría en el Palacio de Altamira convertido en el nuevo Museo Íbero, arropada por entre 300 y 350 piezas «de indudable valor» y del mismo periodo histórico.

Actualmente, el Palacio de Altamira alberga la sede del Museo Arqueológico y de la Historia de Elche (MAHE) pero el alcalde proyecta que estos fondos sean trasladados al edificio de Las Clarisas para que el Palacio sea dedicado exclusivamente al futuro Museo Íbero.

Dentro del Palacio de Altamira, la Dama no se ubicaría en la torre del Homenaje, como ocurriera en 2006, sino en otro punto del recinto para darle un mayor realce y un contenido más alto a la exposición.

Tras asegurar que «objetivamente está más cerca la cesión» que al principio del mandato, en 2015, González el alcalde señaló que el imprevisto adelanto electoral ha dejado por el momento en suspenso la decisión, pese a que se cuenta con numerosos apoyos.

La Dama de Elche, obra que data de los siglos V y IV a.C., salió de la ciudad alicantina después de la venta a Francia para ser expuesta en el Museo del Louvre. En 1941 fue donada a la Dictadura de Franco por el Gobierno francés de Vichy, siendo expuesta en el Museo del Prado hasta que en 1965 se trasladó al Museo Arqueológico, donde se encuentra actualmente junto a otras piezas y damas íberas.