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Entrevista

Rafael Soler: "Hay una deuda pendiente con Paco Brines"

«Un poeta es alguien asomado a una instante que no es suyo»

Rafael Soler: "Hay una deuda pendiente con Paco Brines"

P Si la poesía es un acto de legítima defensa, ¿que es una antología?

R El descanso del guerrero. Lees tu obra y encuentras lo que podría parecer unos hijos menores, sin embargo son enormes poemas porque te ha costado mucho que lleguen a ese nivel.

P ¿Los versos envejecen bien?

R No todos. El gran desafío del poeta es dar lo mejor. Asomarse al abismo. Pero no es suficiente. Los poemas que envejecen bien son los que tiene vocación de transcender.

P ¿Un poema es como una ex, para toda la vida?

R Y tienes que llevarte bien con él. Para eso debes reconocerte.

P ¿Se reconoce en «Leer después de quemar»?

R He tenido mucha suerte, porque tengo la «recompensa» de tener poca obra publicada. He sido muy exigente. Cuando un poema tiene un parto complicado no va a envejecer bien.

P ¿Ha discutido mucho con Lucía Comba por la selección?

R La crítica ya ha dicho que es un libro nuevo, distinto. Ella hizo la antología, puso unos poemas inéditos y cuando Toni Alcolea [el editor] nos propone entrar en un catálogo con Paca Aguirre, Jaime Siles y Ricardo Bellveser, Lucía hace la revisión final. Lo único que he hecho es poner los títulos.

P Están bien titulados.

R Le doy muy importancia a los títulos. Es coger al lector por las solapas.

P Tuvo un silencio editorial de casi treinta años.

R No pare de escribir.

P ¿Qué pasó?

R En cinco años publique cuatro novelas, un libro de poemas, dos libros de relatos y una actividad mediática importante. No es lo mismo la literatura que la vida literaria.

P ¿Un ejemplo?

R Las presentaciones dan visibilidad, pero hay un momento con exceso. ¿Dónde está el silencio? Se escribe desde el silencio. El escritor necesita recogerse y salir al encuentro de lo que quiere contar.

P Fue muy bien tratado por la crítica.

R Sí, pero pensé: «Rafa levanta el pie, escribe para ti, vuelve a jugártela, como en El grito» o El corazón del lobo». Me retiré. La vida me atropelló, aprendí a manejarla.

P Pudo distanciarse porque no necesitaba vivir de la literatura.

R En literatura lo que ya has contado no interesa, y mucho menos en poesía. He disfrutado en esos años de soledad. Tengo una novela que se llama Un sillón de humo que cuenta el acceso al poder de los mediocres.

P Muy actual.

R Ahora sería una novela de éxito. No la publico porque está en otro registro.

P La conclusión es que la poesía necesita silencio.

R Y pide del silencio en el propio poema. Los poemas que mejor funcionan son los que están llenos de silencio para que el lector pueda interpretar. No puntuó nunca, deliberadamente, porque es una manera de incorporar al lector.

P ¿En las novelas también se siente identificado con los personajes?

R En todas. Tengo publicadas cinco novelas, pero doce escritas.

P ¿Las publicará?

R No, no... Es más, en un arrebato, en 2005, destruí prácticamente todo lo inédito.

P ¿De ahí el título de la antología?

R El título viene, aparte de una provocación, de vivir la vida hasta el punto de quemarla.

P ¿Bibir es beber con los que viven?

R Absolutamente. La vida es una celebración.

P Dice que es hijo de Vallejo y de Lorca...

R ... Y de Claudio Rodríguez.

P ¿Hemos sido justos con Paco Brines?

R Hay una deuda pendiente muy grande de la literatura española contemporánea con Paco.

P «A cuerpo lento vengo/a cuerpo lento llego/y a cuerpo lejos quiero/cocinar tu prisa».

R Procuro decir lo imprescindible y zarandear al lector. Esos cuatros versos pueden ser un buen resumen.

P ¿Cómo explica el auge de la poesía?

R Es una convivencia de los poetas que venimos de la tradición y poetas que han leído poco, pero que tienen mucho talento y buen manejo en redes, lo cual les da mucha visibilidad.

P ¿Talento o atrevimiento?

R Osadía. Cuando llevas encima algunos libros publicados y algún reconocimiento, te cuesta ser osado. Ese es el comienzo de la decadencia.

P «Y qué buscas tú pelma insolente», es el primer verso del último poema. ¿Qué busca Rafael Soler?

R El pelma insolente somos los poetas. Un poeta es alguien asomado a un instante que no es suyo. En la poesía he buscado reconocerme en lo que escribo y salir al encuentro de un nuevo lector.

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