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Entrevista

Carlos Goñi: "Admito todo menos las manos en la caja"

«Si había una ciudad en España en la que merecía la pena vivir en los 80 esa era València» - «Ahora no hay grupos 'prefabricados'. Vetusta Morla no lo es e Izal, tampoco»

Carlos Goñi: "Admito todo menos las manos en la caja"

P ¿Cuándo fue la última vez que tocó en la ciudad?

R En junio del año pasado, en Les Arts.

P Siempre de gira.

R Sí, no paro. A veces, lo difícil es parar. De momento, me lo paso muy bien. Tengo un fuerte vínculo con la Comunitat Valenciana. Llevo viviendo muchos años en l'Eliana, aunque ahora mismo paso más tiempo en Madrid.

P ¿En ningún momento se ha planteado parar?

R No. Para mí sería inconcebible ir todos los días a trabajar a una oficina. Con la misma luz y el mismo escenario todos los días. Me moriría de pena.

P Han pasado 13 años desde el lanzamiento de su último álbum acústico. ¿Cómo está siendo el recibimiento de «Básico IV»?

R La gente está muy contenta. Hemos acabado haciendo muy buen disco, con un sonido tremendo. La banda está en estado de gracia. Estoy muy feliz.

P En una entrevista ha dicho que este disco condensa los momentos más felices de su vida.

R Sí. Son canciones que hablan de mi vida y me recuerdan de los momentos más emocionantes que he vivido en un estudio. Normalmente, un disco tiene algunos momentos que te emocionan y Básico IV tiene muchos.

P La grabación del disco tuvo lugar en el Circo Price de Madrid. Anunció que estaba grabando el disco allí mismo. ¿Por qué? ¿Quería que el clímax fuera más auténtico?

R Lo anuncié después de los tres primeros temas. Queríamos darle una sorpresa al público.

P Acudirá el próximo lunes a la FNAC de València para un encuentro con el público. Después de tantos años, ¿el público le hace las primeras preguntas y comentarios?

R Te sorprenden con cosas de lo más jugoso. Mis firmas de discos son muy raras. Le explico: Si no me preguntan, yo no toco. La primera vez que lo hice, en la discográfica estaban asustadísimos (ríe).

P Está acostumbrado a dar entrevistas a los medios. Muchos periodistas le preguntan por política. ¿Ha rebajado el tono con los años?

R No. Yo digo lo que pienso. También creo que por mucho que grites no se te va a oír mejor.

P ¿Suele gritar?

R No. Procuro mantener esa norma tanto en mi vida privada como en la profesional. De hecho, a mis hijos no les he gritado en mi vida. Cuanto más serio es el asunto más pauso la voz. Aunque los que han trabajado conmigo saben que cuando me enfado en un ensayo y grito, no pasa nada. Cuando realmente hay consecuencias es cuando le digo a alguien: «No te preocupes, no pasa nada». Eso es porque ese músico probablemente no vuelva. Mi carácter ha cambiado muchísimo.

P ¿Qué ha pasado?

R Nunca he estado tan bien rodeado. Durante los últimos años he tenido que luchar contra viento y marea. Me tocaba tirar mucho del carro. Lo de la banda de este año es una gozada. Es el mejor Revólver posible.

P ¿Qué ocurría antes? ¿Imposiciones de la compañía discográfica?

R Para nada. Jamás me han impuesto nada. Además, no sé por qué todo el mundo se empeña en demonizar a las compañías. Si alguien piensas así es porque no conoce para nada el asunto. Hay artistas a los que hay que hacerles los arreglos, hay que buscarles una banda, un discurso... Cuando hay que hacérselo todo es fácil que digan que les imponen cosas.

P Se habla mucho del revival de los 70, 80 y 90. «Ya no hay grupos como los de antes», se dice. ¿Opina lo mismo?

R No. Siempre ha habido músicos buenos. Otra cosa es que estemos hablando de gente que realmente no es músico. ¿Qué le parecería a usted que una bloguera se hiciera llamar periodista por escribir tres tonterías en internet? ¿Y además que cobrara barbaridades sin haber estudiado como una burra para sacarse una carrera como la tiene usted? ¿Cómo le sienta? Porque a mí me sienta como el culo.

P ¿Dónde está la línea que separa al músico de quien no lo es?

R Sencillamente no hay reglas. Esto es como es. Antes se filtraba más, porque había una persona que producir un disco le costaba una cantidad enorme de dinero. Ahora, esto ya no es así. Cualquier pavo con ordenador puede decir que es ingeniero de sonido. Por mucho que cantes en la ducha, no eres cantante. Pero el mundo es así. Como decía mi abuela, «con estos mimbres hago este cesto». A mí ya no me enerva. Lo admito todo mientras no se meta la mano en la caja. Sinceramente, no creo eso que dice la gente de que ahora tenemos grupos prefabricados. Vetusta Morla no lo es, Izal, tampoco. Son gente que llevan a lo tonto 15 años trabajando en esto. Alguien se creyó que cuando sacabas un disco antes, tenías que ir a la radio con billetes de 5.000 pesetas. Leyendas urbanas.

P ¿A qué achaca entonces la nostalgia de los 80?

R La música transporta a mucha gente a los mejores momentos de sus vidas. Si había una ciudad en España en la que merecía la pena vivir en los 80 esa era València. Hay mucha gente que se lo pasó muy bien. Yo detestaba la música de los 80. Pero entiendo que a un tipo de esa generación, le pones una canción de la época y lo retrotraes a sus años más salvajes. Ese es el poder de la música, no lo hace ni el cine, ni la literatura... Solo la música.

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